Capítulo 2: La Familia

Ya era momento de salir del hospital, así que, con la ropa de cambio que me dio Arthur, dejamos el lugar. Durante el trayecto a casa, él se abstuvo de hacer cualquier pregunta; Después de todo, no era más que mi mayordomo. Viajamos en silencio, y, por alguna razón, el sol parecía más intenso de lo habitual. A pesar de que estábamos en invierno, la luz del sol resultaba extrañamente fuerte. Era sábado por la mañana, y el sonido de mi estómago rompiendo el silencio hizo que Arthur me mirara por el retrovisor del auto.

— Joven Maximiliano ¿le gustaría pasar por una cafetería? ¿O prefieres que le prepares algo al llegar a casa?

— No es necesario, puedo esperar el almuerzo — dije sin apartar la mirada de la ventana.

Hoy era un día importante para mi madre, se reunió la familia Montclair para celebrar el 50º aniversario de la Dinastía Montclair, conmemorando cinco décadas desde que somos reconocidos en la industria del entretenimiento y la música. Podría saltarme el almuerzo como siempre, pero si lo hacía, Olivia no lo iba a dejar pasar.

Solo debo aguantar el almuerzo…

No tardamos mucho y entramos a la villa, el portón se abrió y vi los coches de mis abuelos y mis tíos, lo que significaba que ya estaban en casa. Al entrar, miré rápidamente la sala; no había nadie, por lo que, supuse que estarían en el patio jugando golf hasta que sea hora de la comida, Arthur se fue hacer sus deberes y yo me dirigí a mi cuarto. Me acosté un rato, pero mis ojos se posaron en las estanterías de los trofeos.

Primer lugar "Maximiliano Montclair"

— Vaya mierda — balbuceé

Desde niño siempre me gustó tocar el piano, cada vez que lo hacía podía ser yo mismo, disfrutaba de las melodías y sinfonías, era tan placentero sentarme y empezar a tocar las composiciones de Frédéric Chopin, especialmente 'Fantasie Impromptu' era mi pieza favorita y Sigue siéndolo hasta este momento. Todo cambio cuando cumplí los 7 años, el instrumento en el cual me refugiaba ahora Olivia lo arruinaba, obligándome cada día a practicar el piano sin descanso ya ganar trofeos para ella. Lo odiaba; Fue diferente cuando Ethan y yo empezamos a salir, porque cada trofeo era dedicado a él, cada melodía, y cada toque de mis dedos sobre el teclado, lo hacía para él. Volví a disfrutar de mi instrumento favorito gracias a ti, Ethan…

El simple hecho de ver esos trofeos ahora me pone de malas.

El sonido de las hojas golpean la ventana, y eso me calma, cierra mis ojos para sentirme más relajado, pero por inercia mis dedos comienzan a imaginar el teclado del piano, así que me encuentro dando golpes al aire simulándolo. Mi boca empieza a tararear una melodía y mi corazón tarde con fuerza en cada desliz de mis dedos, una y otra vez, ahora el sonido de las hojas y mi tarareo se entrelazan, se hacen uno solo, convirtiéndose en una sinfonía armoniosa, no me doy cuenta en que momento mis lágrimas se deslizan por mis mejillas, hasta que abre mis ojos.

Me empiezo a reír en forma de desahogo. Una vez más miro la estantería de los trofeos y veo aquel primer trofeo que gané.

Promesa Pianística 2013 'Maximiliano Montclair' - Hacía una sinfonía de éxitos

Ese fue el único día en que me sentí amado por mi madre, el único día donde no fingimos ser una familia amorosa, porqué parecía real.

De pronto, mi mente regresó a ese día de verano en 2013, cuando todo parecía perfecto…

— Agradezco al público presente por asistir a este concurso para aquellos niños amantes de la música. A partir de este momento, serán testigos de talentos natos y podrán disfrutar de las diversas interpretaciones de piezas muy notables e importantes en el mundo de la música. Espero que sean de su agrado — El orador, con tanto entusiasmo, hizo que el público empezara a aplaudir, dando inicio al concurso.

Después de varias rondas era mi turno, a decir verdad, estaba muy nerviosa, era la primera vez que tocaba para tanta gente. Sentado al piano, respiró profundamente, mientras mis dedos se preparaban para la pieza que había ensayado con tanto esmero.

— Para nuestro siguiente participante, es el niño de la Dinastía Montclair, Maximiliano Montclair, con solo 6 años de edad nos mostrará su interpretación de la famosa pieza de Chopin, 'Fantasie Impromptu' — El orador hablo una vez más con tanto entusiasmo, y El público respondió con expectación.

Era mi momento. Respire tan hondo antes de empezar a tocar, tratando de calmar los nervios que aún temblaban en mis manos. Cada nota que estaba a punto de interpretar era un reflejo de mi esfuerzo y pasión, esperando que llegara al corazón de cada persona que me escuchara.

Mis dedos tocaron suavemente el teclado y cerré mis ojos. La primera nota resonó dejando una breve resonancia en el aire, dejando un eco que se desvaneció rápidamente, mientras el sonido se expandía en el salón. Mi mano izquierda entró en acción y, al instante, sentí cómo mi cuerpo se enderezaba y abría los ojos, marcando el inicio de la función.

Las notas eran fuertes, enérgicas, y jugué con el teclado hasta hacerme uno con él, me imaginé sentando en una burbuja, donde solo era yo y mi instrumento, el sonido se hacía más intenso y rápido, mis movimientos eran más dinámicos. El sudor empezaba a cubrir mi piel y mi respiración se volvía pesada, no podía ver el teclado, pero aún así mis dedos se movían al compás de la música, sintiendo la dureza de las teclas bajo ellos, mi corazón latía con más fuerza, no Podía evitar moverme al ritmo de la sinfonía. Lo estaba disfrutando, me gustaba esta sensación que me llenaba por completo.

Quiero dejar una marca en sus corazones, algo que nunca puedan olvidar.

Sin darme cuenta, yo también había sido marcado con aquella interpretación.

Había ganado el premio, con aquella pieza. Los aplausos llenaron la sala, pero en mi alrededor no veía a nadie más, excepto a mi madre, ella aplaudía con tanto fervor con una mirada cautivadora que no podía apartar de mí. Mi corazón se agitó de emoción, no tanto por los aplausos, sino por su mirada, aquellos ojos color miel llenos pasión, se veía tan hermosa en ese momento, que por un instante sintió su amor como si fuera su hijo y no su proyecto.

— Debo dejar de pensar en ese momento — lo dije para mi mismo, para evitar recordar aquellos momentos, necesitaba arreglarme para el almuerzo. Me levante y fui a la ducha donde me quede un rato parado sintiendo el agua helada caer por mi cuerpo; era refrescante, me ayudaba a que mi mente dejara de divagar en cosas sin sentido.

Sali y me dirigí a mi armario donde busqué mis jeans negros de Hermes, mi camiseta Hotaka de Loro Piana, color blanco y mi cárdigan de Burberry con el patrón EKD, mis zapatillas favoritas, las Triple S Clear Sole de Balenciaga color beis. Sin olvidar mi reloj Omega Seamaster negro y el perfume Versace Eros Flame.

— Joven Maximiliano, sus parientes ya se encuentran en la sala, en una media hora, es el almuerzo — aquel hombre mayor, dio dos golpeteos en la puerta y me hablo.

— Ahora bajo — dije mientras terminaba de peinar mi cabello ondulado

Cuando baje, me encontré con, Olivia, mis abuelos, mis tíos y mis 4 primos, no soy cercano a la familia, por lo que solo los salude y me senté, deseando que sirvieran, ya la comida. Mi abuelo fue la persona que me instruyo en el piano, fue una pieza clave en mi enseñanza, es un destacado pianista, en su juventud se desempeño mucho, le hizo honor al legado familiar.

— Me contaron que estabas en el hospital ¿qué sucedió? —Preguntó el anciano, mirándome fijamente.

— Solo me desmayé camino a casa — dije con un tono suave

— No sabia que tenia un nieto tan débil — Se rió sarcásticamente, lo cual me enojó, ya que a ellos no les importa lo que me pase, y mi abuelo no era la excepción. Me tragué mi orgullo y sonreí falsamente. — Max, si eres tan débil, nadie te tomará en serio y te dejaran como un trapo sucio — habló en tono más firme y serio, sonó muy prepotente, después de eso hubo un silencio incomodo. Arthur sirvió la comida en silencio, pero en su mirada pude notar algo más que simple obligación. Era como si me pidiera paciencia, como si supiera lo que estaba por venir y deseara detenerlo, aunque no podía.

En la mesa había distintos platos, el salmón a la parrilla con salsa de eneldo y alcaparras que le encanta a mi madre, junto a un pure de papas trufados, el risotto de trufa blanca y hongos porcini, acompañado de arroz arborio y caldo de champiñones. , la ensalada de langosta y aguacate, que es uno de mis platos favoritos. Para el postre era una tarta de tatin de peras y foie gras, algo muy esencial, ya que a mi familia le encanta este plato.

Era tradición que, en cada comida familiar, antes de que empezáramos a comer, el abuelo daba un discurso, así fue, dio su discurso; normalmente nos demoramos una hora en comer, porque lo que calcule el tiempo pasado los 30 minutos después de que mi familia empiece a comer para yo luego hacerlo, así me daba tiempo de ir a mi cuarto y vomitar. A penas mi abuelo se levantó de la mesa, pedí permiso para subir a mi pieza. Subí las escaleras rápidamente para llegar al baño, donde me arrodille en la poceta y me metí el dedo índice en mi boca para rosar la úvula, y provocar la arcada, lo cual funciono, porque arroje la comida que ingerí, me había agitado, el sabor que tenia era amargo, y asqueroso. Lave mis dientes para quitarme el mal sabor de boca y baje como si nada hubiera ocurrido.

Necesitaba adelgazar…

Cuando me senté en el sillón el abuelo habló repentinamente, no esperaba que me nombrara, a decir verdad, pensé que hablarían de la vida de mis primos y sus carreras, pero esta ocasión no sucedió.

— Se acerca el 'Festival Anual de la Academia Brimsford', ¿ya tienes lista la composición que interpretarás? — Me quede completamente pasmado, lo había olvidado, se acercaba el concurso de mi academia que hacen cada 1 de enero. Se me paso por alto ya que estaba centrado en mi relación con Ethan, cuando comenzó el otoño, nuestras discusiones y el rechazo de Ethan era más evidente, por lo que no le tome importancia al Festival, más ahora que llevábamos a penas una semana de nuestra ruptura.

En este momento, ¿qué supone que diga? No tengo preparada ninguna composición…

Mis manos temblaban, ya que no sabía que decir. Si no hablaba en los próximos segundos iba a dejar en ridículo a Olivia; tengo miedo...

— Lo siento, pero…— Apenas levante mi mirada para verlo, me dio una cachetada, me ardía la mejilla, mis manos que estaban posadas en mis piernas apretaron mi pantalón, nadie de la familia habló, ni siquiera mi abuela, ahora yo era el centro de atención. — No te atrevas a decir que no vas a participar. — Sus ojos estaban llenos de furia. — Tienes 3 días para practicar una composición — me señaló con el dedo

Era evidente que este anciano estaba enojado. Si no participaba el apellido Montclair quedaría en ridículo. Y si no ganaba el trofeo seria una deshonra, sin mencionar lo que me pasaría con Olivia. Tragué saliva, y mi voz tartamudeando, balbuceé

— Lo hare — Arruine el aniversario, mis familiares, no demoraron en irse, me encontré solo con Olivia en el salón.

Maldición…

Olivia comenzó a gritarme, estaba cansada, quería salir corriendo, pero no podía hacerlo, porque soy un completo desastre…

El sonido de un golpe resonó en la sala, me había abofeteado en la misma mejilla en el que mi abuelo me golpeo.

— ¿Crees que lo llevas puesto te lo estoy regalando? — agarro mi cabello e hizo que mi cabeza se hiciera hacia atrás, me dolía su agarre. Estaba tan nervioso, simplemente estaba cansando que en este momento solo quería salir de esta maldita casa.

— Vete a la mierda — Me había vuelto loco, le contesté, mientras mi risa salió forzada, eso fue la gota que derramó el vaso, ya que ella empezó a abofetearme, era como si mi cuerpo hubiera olvidado cómo responder al dolor. No sabía si debía llorar o seguir sonriendo, así que dejé que ambas cosas se mezclaran en un caos de emociones. Mi pecho ardía, pero mis manos seguían temblando, como si se aferraran a algo que no estaba allí. Me golpeo hasta que se cansó, y se marchó, dejándome tirado el sillón. Arthur me llevó a mi cuarto, donde comenzó a curarme las heridas, mis mejillas estaban rojas, y mi pecho dolía por los golpes que me dio. No era la primera vez que Olivia lo hacía, pero era la primera vez que ella se descontrolaba y dejaba mi cuerpo marcado de tal manera.

— Perdone mi atrevimiento, pero ¿Qué va a hacer con el festival? — me miraba preocupada

— Sinceramente no sé qué composición interpretaré — suspiro hondo, mientras me tumbaba en mi cama. Aunque no quisiera, debía presentarme, era un hecho.

— Confié en usted mismo, sé que dará una gran presentación — habló, pero yo solo sonreí nerviosamente en respuesta, mientras asentía, aquel hombre salió de la habitación, dejándome completamente solo.

— Ethan…— hablaba en voz baja, por lo cual me hacía bolita y abrazaba mi almohada, ahora nadie podía consolarme cuando estaba en aprietos; me hacía falta mi único rayo de luz…Era momento de hacerlo por mí mismo.

No sé cómo enfrentar esto sin ti…