Capítulo 475: Mina de Oro

—Hermana, yo también quiero ir.

—El Pequeño Príncipe sujetó a Baoya con ansias en sus ojos.

—Rugido.

—Baoya emitió un par de sonidos de manera apaciguadora.

—Ven aquí; deja que hermana te ayude a montar el caballo —respondió Lin Qingluo con una sonrisa.

—Mm-mm.

—El Pequeño Príncipe, con sus ojos grandes y brillantes, felizmente se agarró a Baoya y trotó hacia Rayo.

—Relincho.

—Rayo resopló, lanzando una mirada desdeñosa a Baoya y soltó un relincho imperioso.

—Rugido.

—Los ojos de Baoya se giraron, negándose a ser menospreciado por Rayo, rápidamente saltó sobre el lomo del caballo con su pequeño cuerpo. Su agilidad era verdaderamente notable.

—El Pequeño Príncipe estaba tan sorprendido por el rápido movimiento de Baoya que todo lo que vio fue un destello de luz ante él.

—Baoya, tienes habilidad —bromeó Qingluo con una sonrisa juguetona mientras ayudaba al Pequeño Príncipe a montar el caballo y acariciaba suavemente la cabeza de Rayo.