Originalmente por su intención, tendría más sentido comprar el arroz directamente de la tienda de granos en el pueblo.
Pero su hermana no estaba de acuerdo, diciendo que si compras a alguien más es igual, sería mejor dejar que la gente de la aldea gane más plata. No tuvo más opción, así que tuvo que ir de casa en casa recogiéndolo.
—Bueno, eso está bien.
Lin Caisang asintió.
—Sangsang, el campo de arroz de nuestra familia está listo para la cosecha. ¿Por qué aún quieres comprar de fuera? Además, compraste demasiado. ¿Podremos terminar de comerlo todo? —Lin Changhong todavía estaba desconcertado acerca de las instrucciones de su hermana después de haber recogido el arroz. Él preguntó.
—Siémbralo. ¿No olvidaste que anteriormente cosechamos mil quinientos catties de arroz para sembrar? —explicó Lin Caisang.