—Está bien, está bien, tú acuéstate por ahora. Madre ha mandado a Zhou Liang lejos. No vendrá estos días. Este chico bueno para nada, ¿no puede vivir sin mujeres ni un día? De verdad... —Liu Rumei murmuraba mientras salía de la habitación.
Pero al oír sus palabras, Liu Yushui, que acababa de acostarse, se sentó de inmediato en shock.
—Si no ha obtenido nada de mí, ¿irá Zhou Liang en busca de otras mujeres? —solo pensar en esa posibilidad era suficiente para inducir un sudor frío en su espalda. Esto era exactamente lo que Zhou Liang haría. Si realmente encontraba a otra mujer, ¿qué lugar quedaría para ella?
—¡No, tengo que buscar a Zhou Liang! —la pérdida de su hijo era insignificante comparada con el hombre Zhou Liang. Tenía que vigilarlo a toda costa. De lo contrario, su vida podría acabarse completamente.
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