Chris y Emily estaban sentados en una mesa acogedora en un rincón del restaurante tenue iluminado, el suave resplandor de las velas parpadeando entre ellos. Los sonidos de vasos que tintineaban y conversaciones suaves llenaban el aire, pero para ellos, el mundo exterior parecía distante, como un ruido de fondo en su burbuja privada.
Chris se recostó en su silla, pasando una mano por su cabello mientras hablaba, su tono serio pero calmado. —Ha habido problemas en el consejo —dijo, sus ojos fijándose en los de Emily—. La influencia de Jackson, las disputas sobre el territorio... todo ha estado empeorando. Y luego está Jessica.
Emily inclinó la cabeza, frunciendo el ceño levemente. —¿Jessica? ¿Qué pasa con ella? —preguntó.
Chris dudó por un momento, como sopesando cuánto debía compartir. —Ella está viviendo con la manada ahora.
Él había explicado todo lo que había estado sucediendo en la manada.