Los ojos de Anne se abrieron sorprendidos. Dejó cuidadosamente su taza y se inclinó hacia adelante para estudiar el rostro de Nicky, que se había vuelto un poco pálido. —Nicky, ¿tú... qué? ¿Encontraste a tu pareja?
Nicky asintió, con una expresión tensa, como si admitirlo fuera físicamente doloroso. —Sí, lo encontré. Hace dos años, de hecho. Su nombre era Caleb. No era de nuestra manada, sino de una vecina, El Thunderbolt. Nos conocimos en una de esas pequeñas reuniones.
El corazón de Anne se encogió. Había conocido a Nicky durante tanto tiempo, pero de alguna manera esta era la primera vez que oía hablar de Caleb. —¿Y el Alfa Jackson no te dejó estar con él?
Nicky suspiró, frotándose las sienes. —No. La manada de Caleb no era exactamente nuestra rival, pero tampoco eran aliados cercanos. Jackson amenazó con matarlo si me iba.
Anne sintió un oleada de ira en nombre de Nicky. —Te puso en una posición imposible.