Un plan en marcha

La fiesta acababa de comenzar, y la gran sala estaba viva con risas, música y el tintineo de los vasos. El aire estaba cargado de celebración y la atmósfera era eléctrica. Anne, vestida con su deslumbrante vestido dorado, apenas había tomado un momento para respirar cuando vio entrar a Chris en la sala, Emily en su brazo.

Emily, radiante con un vestido azul profundo y fluido, lucía hermosa mientras caminaban por la sala. En el momento en que entraron, comenzaron los susurros. Unas cuantas mujeres audaces, con los ojos brillando con picardía, se acercaron a él, probando el terreno con sonrisas coquetas y toques prolongados en su brazo.

—Chris, tan guapo como siempre —ronroneó una de ellas, su voz rebosante de sugerencias.

Chris sonrió cortésmente, pero su brazo se apretó alrededor de la cintura de Emily. —Me siento halagado —respondió, su tono ligero pero firme—. Pero me gustaría presentarles a mi pareja, Emily.