—Ah, mi hija es de verdad hermosa, por eso no me gusta sacarla.
Gu Xiang agarró la otra mano de Lu Qingyi y lentamente empezó a hablar con un semblante de orgullo en su cara.
—¿???
—¿???
—Pero, mi hija ya está casada, y tiene veinte años. Mira, aquí está mi yerno.
El ambiente cambió de repente cuando Gu Xiang señaló a Xu Boyan y habló con la máxima seriedad.
—¿???
—¿Yerno?
—¿Acaso ni siquiera era digno del título de hijo?
Gu Xiang sostuvo afectuosamente la mano de Lu Qingyi, con una sonrisa que parecía excepcionalmente dulce.
—¿Cómo ocurrió este cambio?
Al fin y al cabo, Xu Boyan es el hijo de Gu Xiang, y ella es solo la nuera de Gu Xiang.
—Ah, ¿has repudiado a tu hijo?
Una mujer muy cercana a Gu Xiang se tapó la boca y comenzó a reírse.
—¿Quién diría que su hijo es su yerno? Parece que solo Gu Xiang haría tal cosa.
—No, las hijas son mucho mejores.
Gu Xiang extendió su brazo alrededor del hombro de Lu Qingyi y habló con tal seriedad.