—¿Cuál es vuestra... relación entre vosotros? —preguntó.
No fue hasta que la figura de Lu Qingyi desapareció de su vista que Lu Zhizhou se dio cuenta completamente de lo que estaba sucediendo. Bajó la cabeza para mirar a Wen Linyu.
No estaba muy familiarizada con Wen Linyu. Cada vez que lo veía, su rostro siempre estaba lleno de una suave sonrisa, y su voz era dulce al hablar.
Lu Zhizhou siempre pensó que eran muy similares.
Nunca había visto a Wen Linyu tan triste y abatido, lo que despertó su curiosidad.
—Desearía que estuviéramos en una relación —suspiró Wen Linyu.
Wen Linyu se levantó lentamente, con una sonrisa amarga dibujada en sus labios.
—Nos conocimos hace tres años... —Wen Linyu se sentó en una silla, recitando toda la historia de su relación con Lu Qingyi sin exageraciones.
Entendía que sus acciones no podían ser justificadas, pero realmente quería mantener a Lu Qingyi a su lado.