Las cuestiones entre hombres y mujeres son delicadas por naturaleza, y cuando se les suma el severo escrutinio de las mujeres en esta época, es mejor no hablar a la ligera.
—Entiendo, pero he escuchado que la tienda de la Familia Huang ha cerrado ahora, y me imagino que no mejorará —dijo Hermana Lan bajando la voz, creyendo que podría haber algo de cierto en ese rumor al fin.
Hermana Lan se había encontrado con un canalla, y Huang Zhong se había topado con una mujer arisca; si sus destinos se entrelazaran y formaran una pareja, seguramente se valorarían y envejecerían juntos. Además, Huang Zhong ya tenía dos hijos; que el Clan de Hu tuviera hijos o no era irrelevante. Lo más importante es que tanto el Tío como la Tía Huang eran personas de buen corazón que ciertamente no maltratarían al Clan de Hu y sus tres hijas.