Los pensamientos de Chao Lian hicieron sentir a Qiao Duo'er que no importaba cuán amable fuera Sun Erhu con ella, todo valía la pena.
Su dote no era sustancial, y la mayoría consistía en ropa y zapatos preparados para Sun Erhu.
Además, cada puntada e hilo fueron cosidos por ella personalmente, haciendo que la inversión emocional fuera bastante significativa.
Para ese tonto de Erhu encontrar una esposa como Chao Lian, se podría considerar bastante bendecido por los cielos.
—Conseguí algunos patrones de Ling'er antes, están de moda en el pueblo. Te los traeré más tarde si quieres —ofreció Qiao Duo'er casualmente.
Chao Lian respondió rápidamente:
—Puedo ir a buscarlos yo misma.
—Ahora eres la futura novia; deberías quedarte en casa y trabajar diligentemente en tu dote. De todas formas, no tengo nada más que hacer y no me representa ninguna molestia hacer el viaje —dijo Qiao Duo'er despreocupadamente.