—¡No!
—¡No voy a escuchar!
—¡De ninguna manera!
—¡Ni siquiera si estoy muerta!
En el Palacio del Sueño del Palacio Renshou, la Emperatriz Viuda Zhuang rechazó la sugerencia de Gu Jiao sin consideración, dejando absolutamente ningún margen para la negociación.
Gu Jiao tarareó de una manera peculiar.
En todos los años que conoció a su tía, esta fue la primera vez que fue rechazada tan rotundamente.
Todo lo que hizo fue transmitir las palabras de su tío, aconsejando a su tía que dejara temporalmente de lado sus prejuicios y cooperara con el emperador para atraer al conspirador detrás de escena.
Sin embargo, parecía que su tía no estaba demasiado complacida con la propuesta de su abuelo.
—¿Qué tal comer tres dulces con miel cada día? —Gu Jiao lanzó un incentivo azucarado.
—¡Hmph! —La Emperatriz Viuda permaneció inmóvil.
—¿Cuatro?
—Hmm... ¿cinco? —Gu Jiao contó cinco con sus dedos.