El rostro de Lady Ji se volvió pálido ante la alarmante noticia.
—¿Qué ocurrió? —exclamó angustiada.
—No, no lo sé —tartamudeó la criada, visiblemente conmocionada—. La señorita Ji ha estado débil pero no había escupido sangre antes. Justo hace unos momentos, escupió una cantidad significativa. El médico ya ha sido llamado.
La frágil salud de Ji Qingwei siempre estuvo al borde de una crisis, lo que motivó a la familia Ji a mantener un equipo dedicado de médicos para evitar cualquier emergencia.
Había pasado bastante tiempo desde que Ji Qingwei experimentó un síntoma tan grave por última vez. ¿Cuál era la causa de este cambio repentino e inesperado?
Sin pensar más en el Maestro Zhuang, Lady Ji siguió apresuradamente a la criada hacia la cámara interior, con el corazón palpitante de preocupación.
El Maestro Zhuang también estaba sorprendido y preocupado. —¿Algo asustó a Qingwei hoy? —se preguntó en voz alta.