—Caishen acababa de abrir la boca para bombardearlos con más preguntas cuando el abuelo Tai recogió una almohada rosa de la silla y le pegó en la cara con ella.
—Con una voz helada lo miró fijamente y le dijo:
—Maldito, por eso no me caes bien. ¿Qué tonterías estás diciendo? ¡Devuélvenos el nombre de los Tai! —exclamó.
—Sus ojos estaban levemente rojos y apuntó a Caishen con un dedo tembloroso:
—¿Es eso lo que es una familia para ti, gente que te abandona solo porque eres un poco diferente a los demás? ¿Es este el tipo de educación que has recibido de tu magnífica casa Zhang? Realmente esperaba más de ti niño, estoy tan decepcionado contigo.
—La abuela Tai estaba igual de molesta y bufó: