Con un entendimiento más claro de la situación, todos acordaron seguir cuidadosamente las instrucciones de Duque —usando solo lo absolutamente necesario y preservando el resto de los materiales. Era crucial que también se informara a los artesanos de esto.
—No se preocupe, Maestro. Nos aseguraremos de que no se desperdicien materiales —respondió prontamente Tristan, ganándose una aprobación con la cabeza de Duque.
—En cuanto a los otros suministros, puedes traer a los hombres de Winter al territorio de mi esposa para recoger materiales —troncos para carpintería, arcilla para alfarería, piedras para los canteros, y cualquier otro recurso que podamos necesitar —agregó Duque, su tono decidido.
—En cuanto a la seda, pronto asaltaremos la fábrica de lino, así que la costurera puede esperar por las telas. Mientras estemos allí, también podríamos confiscar cualquier equipo pesado que pueda facilitar su trabajo.