Una vez que Kisha había acomodado a todos y se aseguró de que descansaran pacíficamente, soltó un suspiro silencioso y culpable de alivio.
Duque, notando su expresión, se acercó por detrás y colocó una mano tranquilizadora en su hombro.
—No tienes que sentirte culpable —dijo suavemente—. Todos sabemos que fue un paso necesario para asegurarnos de que nadie pudiera traicionarnos cuando más importaba.
Kisha negó con la cabeza, su voz cargada de emoción.
—Son tu familia. Necesitamos encontrar una manera de quitarles el insecto demoníaco —dijo.
—Ya han demostrado su lealtad y no deberían soportar este tipo de tortura por seguirnos —su garganta se apretó mientras hablaba, sus pensamientos volviendo a la Píldora Heart Gu que les había hecho tomar.
Había sido necesario para asegurar su lealtad y para erradicar cualquier espía potencial cuando se enfrentaban a los Colton, pero ahora, viéndolos sufrir, el peso de ello la golpeó fuertemente.