Capítulo 558 Buscando a los Animales Mutados 3

Pero no importaba cuánto lo intentaran, sus garras ni siquiera lograban rozar la piel de Buitre.

Su defensa inexpugnable se mantuvo firme. Eventualmente, los movimientos frenéticos de los pollos se ralentizaron y colgaron lánguidamente de sus manos, evidenciando su agotamiento.

Si no fuera por el constante ascenso y descenso de sus pechos, uno podría haber pensado que Buitre los había asfixiado accidentalmente.

Con solo dos pollos mutados atrapados—cada uno tan grande como un pavo—Buitre instruyó al grupo para que los ataran firmemente con cuerdas fuertes, asegurando que sus garras y picos quedaran inutilizados sin importar cuánto se debatieran.

Como precaución adicional, había hecho que con los restos de metal de la granja de animales destruida se fabricaran cubiertas para sus picos, evitando cualquier lesión accidental. La previsión de rescatar los restos de metal resultó invaluable.