Con esta nueva combinación, Duque se dio cuenta de que finalmente tenían la oportunidad de cambiar el rumbo contra el árbol mutado.
La criatura, aunque exasperada, sentía un creciente sentido de miedo y vacilación. Se detuvo, insegura de si podría ganar contra Duque y los demás.
Sin embargo, después de un breve momento de indecisión, decidió continuar con la lucha. A pesar de su formidable poder, la inteligencia del árbol mutado era limitada, dejándolo incapaz de evaluar si realmente estaba ganando terreno.
Como resultado, continuó su asalto implacable, sin darse cuenta del cambio de impulso.
El cuerpo entero del árbol mutado temblaba, emitiendo un crujido ensordecedor que resonaba en el aire—como el gemido de un árbol viejo y quebradizo.
Pero esta vez, el sonido se parecía a un rugido, una clara declaración de furia. Su postura cambió, irradiando una ira intensa mientras se preparaba para luchar hasta la muerte contra Kisha, Duque y Buitre.