Gracias a las ocasionales ráfagas de luz de los ataques conjurados por los usuarios despertados —parecidos a fuegos artificiales— Kisha logró captar este pequeño detalle desde la distancia, incluso en la oscuridad.
Todo lo que podía ver era la figura sombría y sus ojos rojos y destellantes, los cuales enviaron un escalofrío por su espina dorsal y le hicieron erizar el cabello.
Cuando el zombi evolucionado levantó su mano, las espinosas enredaderas enrolladas alrededor de sus brazos se desprendieron y danzaron como serpientes, retorciéndose alrededor de su brazo.
Todo su cuerpo quedó envuelto en las enredaderas retorcidas, dejando visibles solo sus ojos rojos y brillantes y sus dientes ennegrecidos a través del enredo.
Entonces, sin previo aviso, el zombi evolucionado tipo madera alzó sus manos de nuevo.
Las enredaderas en sus brazos se dispararon, aferrándose a un zombi cualquiera que cargaba hacia adelante.