Después de asegurarse de que todos estaban ilesos, Gorrión miró silenciosamente hacia adelante por la carretera, plenamente consciente de que no pasaría mucho tiempo antes de que sus hermanos llegaran desde la base oculta para rodearlos.
El alboroto cerca del perímetro de la base sin duda había activado alarmas, y para entonces, sus camaradas probablemente ya estarían preparándose y apresurándose hacia la escena. Sus métodos eran tan despiadados y decisivos como los de su maestro, Duke.
Entendiendo esto, Gorrión y el resto de los Winters se abstuvieron de hacer ningún movimiento repentino. En su lugar, permanecieron exactamente donde estaban, sabiendo que cualquier paso en falso podría significar problemas para todos ellos.
—¿Está todo el mundo bien? —preguntó Gorrión, desviando la mirada de la carretera.