Gorrión y su equipo permanecieron completamente quietos, sus ojos fijos en la situación que se desarrollaba. Los hombres que se acercaban a ellos mantenían sus armas apuntando hacia Gorrión y su grupo, cerrando la distancia con pasos calculados. Entonces, una voz resonó—aguda y exigente.
—¿Quiénes son ustedes y qué están haciendo aquí? —exclamó.
Gorrión no pudo identificar al hablante en medio de la tensión, ni tampoco determinar su ubicación exacta. Pero algo era seguro: la voz provenía de un joven.
—Estamos aquí buscando a Águila y Halcón. ¿Los conocen? ¿Pueden llevarnos con ellos? —declaró Gorrión claramente, sin ofrecer más explicación.
Pero sus palabras directas fueron recibidas con sospecha de inmediato. La persona a cargo asumió que Gorrión estaba tratando de engañarlo, buscando información sobre Águila y Halcón con la esperanza de hacerle revelar algo que no debería.