Águila y Halcón también se relajaron, sonrisas extendiéndose en sus labios mientras admiraban a Gorrión—vivo y sano.
A menudo habían escuchado actualizaciones de Keith sobre su maestro, las personas que los rodeaban y el desarrollo de la Base de la Ciudad B bajo el liderazgo de Duke y Kisha.
Aunque nunca cuestionaron cómo Kisha lograba comunicarse con Keith, simplemente estaban agradecidos por tener noticias.
Ahora, viendo a Gorrión frente a ellos, sentían como si hubieran pasado años desde su último encuentro. Incluso desde la distancia, podían percibir la fuerza y potencia que emanaba de él.
Era innegable—Gorrión había crecido inmensamente, su presencia imponía respeto. Comparados con él ahora, casi sentían como si se hubieran quedado atrás.
—Ha pasado tiempo... —Águila asintió con aprobación mientras estudiaba a Gorrión.