A punto de hacer un descubrimiento terrible

Entre tanto...

—¡Esteban! —llamó Charles, corriendo para alcanzarlo—. ¡Esteban, espera!

Esteban se detuvo en seco y resopló, mirando hacia atrás a Charles. —¿Qué quieres, Charles? ¿No te bastó con cómo me humillaron que viniste aquí para echar más sal en la herida?

—Jaja, Esteban, vamos —Charles se detuvo a unos pasos de él en el camino de entrada—. Nos conocemos desde que éramos jóvenes, y ya estamos a esta edad. ¿Seguiremos con las mismas bromas de siempre?

—Si no quieres seguir con las bromas de siempre, entonces no te pongas en frente mío.

—Esteban…

—Charles, toda tu vida has hecho lo que has querido sin restricciones —Esteban caminó hacia Charles, presionando un dedo en su pecho—. Ya sea unirte al equipo de la universidad o alistarte en el ejército. Nunca escuchaste a nadie, y aún así, siempre puedes regresar y tomar lo que dabas por hecho desde el principio.