Cómo esta apuesta se convirtió repentinamente en algo inesperado era algo que todos tardaron en procesar. Sin embargo, cuando la multitud se dio cuenta de que no era broma, los vítores y rugidos estallaron por toda la cancha abierta. Algunos incluso sentían que los asientos y el suelo temblaban mientras la emoción alcanzaba su punto máximo.
Algunas personas pensaban que Penny era una loca —arrogante, incluso. Otros se preguntaban si Penny tenía algún arrepentimiento, porque las apuestas ocurrieron antes del juego, no durante ni después. Esas eran la minoría de la multitud.
¿Los demás?
Lo único en lo que podían pensar era que Penny sabía cómo hacer las cosas interesantes. Ya fuera en el pasado o ahora, ella era la persona que siempre había iniciado cosas que desviaban la atención de toda la escuela o les daba algo divertido que esperar.