Al mismo tiempo...
Charles miró a su equipo con una cara sombría, sus ojos transmitían lo que su boca no había dicho. Incluso antes de que pudieran alcanzarlo, Hugo y Atlas ya sabían lo que se avecinaba.
—Zoren, Atlas Bennet —llamó con voz baja, su expresión severa—. ¿Qué diablos están haciendo ustedes dos? ¿Han perdido la cabeza o tienen un deseo de muerte?
Zoren apretó los labios. —Lo siento —fue todo lo que pudo decir, sin querer ofrecer excusas ni explicaciones.
En cuanto a Atlas, no se disculpó de inmediato. En cambio, simplemente dijo:
—Mi error.
—¿Eso es todo lo que vas a decir? —Charles apretó los dientes, sus manos se cerraron en puños apretados, conteniéndose para no lanzarse en una diatriba completa—. ¿No vas a disculparte con tu equipo, que tuvo que limpiar después de tu desastre?
Zoren y Atlas bajaron la cabeza ligeramente, permitiendo que Charles los regañara sin tratar de defenderse.