—¡Penny!
—¡Puaj! —Penny se estremeció al escuchar la voz resonante de su hermano por el pasillo vacío. Al mirar atrás, vio la sombra de Hugo. Rápidamente, miró a su alrededor y saltó a uno de los salones cercanos.
A pesar de su rápida acción, cerró cuidadosamente la puerta para aumentar sus posibilidades de perder a Hugo. Tan pronto como la puerta se cerró, resopló y apoyó la parte superior de su cabeza contra ella.
—¿Por qué suena como si me fuera a matar si me atrapa? —se preguntó en voz alta, apartándose de la puerta.
Justo cuando se giró, Penny se estremeció al posar sus ojos en Benjamín. Estaba atado a una silla en el escritorio del profesor, con la boca tapada con cinta adhesiva.
—¿Pero qué...? —dijo en voz baja, observando a Benjamín luchar mientras sus gritos ahogados llenaban el silencio del aula vacía.
Un suspiro escapó de sus labios, solo para oír la voz de Hugo fuera del aula. Mirando de nuevo hacia la puerta cerrada, frunció el ceño.