¿Tú... te gusta... quién?

—¿Dónde está ella, Ben? —preguntó Hugo.

Benjamín abrió y cerró la boca, observando a Hugo inclinar la cabeza hacia la ventana. Tragó nerviosamente.

—¿Qué—qué estás diciendo? —tartamudeó, su respiración entrecortada—. ¡Se—Segundo Hermano, no me estás escuchando? ¡Dije que no lo sé! ¡Ella no está aquí! ¡Y si lo estuviera, no estaría atado de esta manera! ¡Ella me liberaría y me defendería frente a esta humillación!

—Oh… —Hugo balanceó su cabeza, pero aún no se lo creía. Sus instintos le decían que Benjamín sabía dónde estaba Penny. Sus ojos volvieron a caer sobre el escritorio mientras se alejaba de la ventana.

Hugo caminó pesadamente hacia Benjamín, deteniéndose frente a él. Esta vez, sus ojos eran fríos mientras Benjamín temblaba de miedo.

—¿Qu—qué? —preguntó Benjamín.

—Apártate —dijo Hugo, arrastrando la silla de Benjamín mientras revisaba debajo del escritorio.

No había nada.