Mientras tanto…
—Ese tipo… Jonathan, no confío en él.
—Eres inteligente. Ya caerás en la cuenta.
—Casandra, ten cuidado y yo... lo siento.
Casandra se sentó tranquilamente junto a la barra, girando la copa de vino en su mano. Su mente estaba llena de la voz de Finn, contándole todo tipo de cosas que no parecían tener sentido. Sin embargo, ella conocía a Finn.
Crecieron juntos. Incluso sin la licenciatura que ella poseía, sabría cuándo Finn estaba mintiendo. Quizás por eso, incluso cuando Casandra estuvo comprometida con él, él siempre tendría un lugar especial en su corazón.
—Hey. —De repente, la voz de Jonathan llegó desde un lado. Él tomó casualmente el taburete a su lado, cruzando su brazo sobre la barra, su cabeza girada hacia ella—. Lamento llegar tarde. Tuve que resolver algunos problemas.
—Está bien. No esperé tanto tiempo. —Casandra sonrió sutilmente, deslizando sus ojos hacia él.