¿Estás seguro de que tú y yo somos la misma persona?

—Hola, Penny.

—¿Mmm?

—¿Qué piensas al respecto?

—¿Al respecto de qué?

—Renren —nuestro esposo.

—Mmm… ¿Qué pienso sobre él? —Penny giró hacia su derecha, su mirada se posó en otra versión de sí misma. La versión mejor de sí misma— la exitosa, la buena, la que pudo vivir su sueño.

Las dos estaban sentadas en este espacio oscuro, con solo un foco sobre cada una de ellas.

—Nada, la verdad —respondió la Penny borracha, apartando la mirada de su otra versión para fijarse en la oscuridad que tenía delante—. Pensé que lo que hizo por mí... es una especie de nobleza. Pero al mismo tiempo, ¡también está un poco mal de la cabeza! ¿Cómo puede casarse conmigo cuando estoy muerta?

—Tú te casaste con él mientras él oscilaba entre la vida y la muerte.

—Bueno —eso tiene sentido —La Penny borracha se encogió de hombros—. Supongo que somos las dos.

La Penny sobria sonrió, manteniendo su mirada en la oscuridad que tenía delante. —¿No me vas a preguntar qué pienso yo?