Supongo que sí tienes un debilidad por él.

—Ángel, ¿has visto a Benjamín? —Mark subió corriendo los escalones del porche donde Ángel estaba parado—. Me dijo que vendría hoy, y tenemos algunos asuntos que discutir antes de la reunión de accionistas.

—¡Oh, sí! Creo que lo acabo de ver entrar hace poco —Ángel señaló con el pulgar hacia la puerta principal—. Traía algunos regalos, así que supongo que fue a ver al maestro primero.

—¿Le contaste lo que pasó?

—Llamó anoche y nadie contestó —Ángel se encogió de hombros—. No quería que trajera más tensión a la residencia si no le contaba.

Mark balanceó la cabeza y suspiró profundamente.

—Tiene sentido.

En ese momento, ambos se giraron hacia la puerta principal al escuchar que se abría de golpe desde dentro.

—¡Oh, Señor Ben! —llamó Ángel, mientras Mark se giraba hacia Benjamín.

—Benjamín, sobre las acciones...

—¡No me hables! —gritó Benjamín, corriendo junto a ellos.