—Puedo verte muy claramente… finalmente. ¡Y Dios, mi esposa es hermosa!
La boca de Penny se abrió, con los ojos muy abiertos. Con todos los garabatos en su cara, parecía un payaso. Parpadeó y parpadeó, mirando la majestuosa belleza a pocos centímetros de ella. Su corazón comenzó a latir fuerte en su pecho hasta que escuchó que sonaba así:
¡DUN DUN DUN DUN!
Penny jadeó al darse cuenta de cómo realmente lucía en ese momento. Estaba lejos de cómo se lo había descrito a Zoren. Sin pensarlo, Penny se apartó de él. Saltó de su lugar, lista para correr al baño y deshacerse de esta abominable obra de arte en su cara.
¡Ese Slater Bennet! ¡Será mejor que se prepare para la segunda ronda!
Pero justo cuando Penny se dio la vuelta para correr, Zoren agarró rápidamente su muñeca y la jaló hacia atrás. Con su movimiento, Penny cayó de nuevo en la cama mientras él intuitivamente sostenía su cuerpo quieto.