Las vacaciones de semana santa terminaron y todos regresamos al instituto como de costumbre, solo que con la galería de nuestros teléfonos repletas de fotos que capturamos durante esos días. Está de más el decir que nadie quería regresar al instituto.
Las clases continúan avanzando como siempre, actividades, exposiciones, tareas. Nuestro entrenamiento continúa siendo fructífero, siento como cada día que pasa mejoro en la resistencia del uso de mis poderes.
Es temprano, me levanto como de costumbre para ir a clases. Algo de calistenia, una ducha, vestimenta y cuidado bucal; lo esencial para iniciar el día con el pie correcto. Mientras cepillo mis dientes mi teléfono suena al recibir un mensaje, es algo temprano para considerar que algún familiar me esté saludando, por lo que seguramente se trata de alguien de mis amigos.
Tomo mi celular mientras continúo cepillándome, al abrir la aplicación de mensajería, me doy cuenta de que es mi madre enviándome un mensaje muy temprano.
"Buenos días, hijo. Espero que te encuentres bien y ya estés preparándote para clases".
"Te recuerdo que la boda de Ao y Amelia será el 28 de abril, para que pidas un permiso especial de abandonar el instituto del día 27 hasta el día 30. Cualquier cosa me avisas".
La boda de Ao… es verdad, lo había olvidado, bueno, tendré que pedir el permiso.
Termino de cepillar mis dientes y salgo de mi dormitorio rumbo al comedor, sin embargo, me mantengo pensativo en este mismo tema.
¿Cómo pido el permiso? ¿A quién? Supongo que tendré que hablar con las secretarias.
Paso el día con mis amigos, tomo mis clases de manera habitual, por la tarde acudo a mi entrenamiento y entonces me dirijo a secretaría, la cual se encuentra en la entrada, según recuerdo.
"Buenas tardes" digo, parándome en la entrada de la oficina.
"Buenas tardes, ¿dime?" responde la secretaria, una mujer de no más de 30 y tantos, piel clara y cabello castaño con ojos color miel.
"Es que, necesito solicitar un permiso especial para abandonar el instituto por motivos familiares, del día 27 al 30 de abril" digo.
"Claro, pasa" me responde.
Me acerco a su escritorio y me siento en la silla reclinable. Ella teclea durante unos cuarenta segundos y entonces me mira.
"¿Cuál es tu nombre?" pregunta.
"Eric Jaeger Salinas" respondo.
Ella escribe mi nombre en el formato dentro de su ordenador, el sonido del tecleo rebota por la oficina.
"¿A dónde irás?" pregunta nuevamente.
"Eh, a Xalapa" respondo, observando todo mi alrededor.
El aroma es agradable, una combinación de madera y producto de limpieza de suelos. Veo un checador de horarios con huella digital en la pared a un costado de mí.
"¿El nombre de tu padre, madre o tutor?" pregunta.
"Eh, Graciela Salinas Méndez" respondo.
"¿Parentesco?" dice ella.
Maldición, se está volviendo tedioso. ¿No tienen esa información ya en su sistema? Para tener tecnología actualizada en muchas cosas, siguen teniendo un proceso bastante obsoleto para este tipo de cosas.
"Es mi madre" respondo.
"De acuerdo" dice.
Tras teclear un poco más, ella entonces usa el ratón y la impresora comienza a funcionar; puedo escuchar como está imprimiendo un documento, sin más, ella lo toma y me lo entrega.
"De acuerdo, Eric, esta es la solicitud, es solo eso, una solicitud, debes acudir a la dirección con el Dr. Noel para que autorice tu salida, ahora, solo firma en donde dice firma del interesado y puede llevarlo a la dirección" dice.
Rápidamente pongo mi firma y me retiro, rumbo a la dirección me mantengo pensativo sobre esto, la vida da muchas vueltas, Ao y Amelia van a casarse, aún recuerdo cuando la conocí por primera vez, ambos iban en secundaria y yo en primaria.
Ella desde ese entonces era muy alegre y tenía un gran parecido con Ao en gustos generales y personalidad. Hace un par de años eran amigos, luego novios y ahora están a punto de casarse y de tener un hijo.
El amor es posiblemente un arma de doble filo, te hace sentir que flotas, te da fuerzas, ánimos para seguir adelante, te convierte en una mejor persona, sin embargo, cuando tu corazón es destrozado, tocas el suelo de golpe, y tus fuerzas se van sin despedirse.
Aun con eso, yo quiero llegar a ese punto de mi vida con el amor de mi vida, saber que no me arrepiento de nada, casarnos, formar una familia y ser felices.
Una panadería no suena nada mal… creo que es algo tranquilo para mí, pero, no me molestaría…
El simple hecho de imaginarme a Emily y a mí viviendo juntos, en una casa donde la planta baja es una panadería, aquella que ella siempre ha querido fundar, y el primer piso es nuestro hogar, eso me gustaría.
Perdido en mis pensamientos llego a la dirección, donde toco la puerta y elimino esa sonrisa bobalicona de mi rostro para mostrarme serio ante el director. Escucho como autorizan mi entrada y sin más, abro la puerta para toparme nuevamente con el director en su escritorio.
"Eric, ¿qué te trae por aquí? Un poco más temprano y no me hubieras encontrado" dice el director.
"Buenas tardes, entiendo que debe acabar de regresar del entrenamiento con Emily" digo, cerrando la puerta y caminando hacia su escritorio.
En cuanto me siento en la silla, no puedo evitar notar que tiene una gran cantidad de documentos sobre su escritorio, no alcanzo a ver bien, pero un solo documento tenía un mapa con puntos marcados y puedo ver la fotografía de una persona de cabello gris y piel clara.
"Sí, así es, acabo de regresar, es interesante ver el avance de Emily, espero que tú no hayas dejado de entrenar el retroceso" dice.
"No, aunque actualmente el control eléctrico es fascinante, el retroceso es mi principal poder" respondo con una sonrisa.
El director me mira con orgullo y mira el papel en mis manos.
"¿Un permiso? Rara vez tenemos solicitudes de este tipo, si me permites" dice, estirando su mano hacia mí.
Tras eso, le entrego la solicitud y la observa con detenimiento.
"Son algunos días considerables" dice, mirando su ordenador, cliqueando en repetidas ocasiones para hacer un gesto algo molesto.
"El 27 de abril es miércoles, de hecho, serán días del segundo parcial, por lo que, si te vas, será hasta después de clases, a menos que consigas el apoyo de los profesores para que te apliquen los exámenes días antes" dice.
"El 30 de abril es sábado, regresarías en fin de semana, y no solo con eso, sino que, la semana siguiente semana son las pruebas y, en consecuencia, el día libre. Bueno, eres un chico excepcional, no hay duda de eso, y sé que saldrás en primer lugar como siempre" dice el director colocando la hoja sobre la mesa.
Él me mira detenidamente y sonríe tras pasar unos segundos.
"Bueno, ya qué, solo no me defraudes, supongo que es algún evento importante" dice, mirando su ordenador, para comenzar a escribir algo con el teclado.
"Sí, es la boda de mi primo" respondo.
"Ya veo, qué interesante" dice él.
En ese momento, un silencio inunda la habitación de forma inmediata. Miro a mi alrededor y puedo observar más sobre los papeles, parece que la persona es una chica llamada Abigail, según parece es una mutante extraviada. Pero ¿por qué la tiene allí? ¿El director será parte de algo más grande que simplemente este instituto?
¿Estará mal preguntar acerca de eso? Tengo mucha intriga.
Me encuentro intentando leer el documento cuando de pronto, el director me interrumpe, "Eric, aprovechando que estás aquí, quiero decirte que el próximo semestre será algo complejo, no solo porque pasarás a quinto semestre, sino que, será momento de realizar tus misiones".
Mi mirada se congela en los documentos y lentamente miro hacia el director.
"Es verdad, lo había olvidado" respondo.
"No hay problema, quiero que sepas que son misiones sencillas, el máximo peligro que se ha logrado presentar en una misión de esas, ha sido atrapar a un asesino en serie, pero, realmente se trata de evitar que algunas personas mueran, vigilar a sospechosos, entre otras cosas" dice.
"Pero, hay un requisito previo, realizar un adiestramiento militar muy corto, pero eficiente, un mutante que no sabe luchar sin sus poderes está perdido. Imagina que te apuntan con un arma y disparan, un velocista seguramente lo esquiva, ¿pero tú? Si tocan tu corazón o tu cerebro estás muerto".
"Deberán aprender a usar armas como pistolas y rifles de asalto, nada complejo, mejorarán su fuerza, velocidad y resistencia física, así como defensa personal, tácticas militares y otras cosas más" dice, mirándome fríamente.
"Pero lo van a disfrutar, es divertido cuando tienes que ir a una misión con militares, sobre todo si son 'los boinas rojas'" dice, dando clic al botón de imprimir.
"En fin, debes prepararte, mentalmente, claro. Ya que el entrenamiento siempre es lo más difícil" dice.
Sin más, el director se pone de pie y camina hasta la impresora para tomar un nuevo documento. Él regresa a su asiento y me lo entrega.
"Listo, aquí tienes tu pase de salida, únicamente te servirá para el día 27" dice, con una sonrisa ligera.
"Entiendo, muchas gracias" digo.
Así, me levanto de mi asiento y me retiro de la oficina. Sin embargo, en cuanto salgo, el director suspira y sigue en su trabajo.
"Demetrio, necesito que vayas a la central principal y busques toda la señal radioactiva que puedas detectar, esa chica no pudo haber ido muy lejos" dice el director mirando a su asistente, con una expresión seria.
"Enseguida, señor" dice Demetrio, haciendo una pequeña reverencia y caminando fuera de la oficina del director.
"Esta chica… es un verdadero peligro para todos" dice, llevando su mano derecha a su rostro.
Mientras camino rumbo a mi dormitorio me encuentro con Emily.
"Hola, ¿qué andas haciendo?" me pregunta, seguido de darme un beso en la mejilla.
"Hola, es que, vine a pedir un permiso de salida para la boda de mi primo" respondo.
Ella sonríe y mira mi pase en mi mano izquierda.
"Qué bueno, ¿cuándo será?" pregunta.
"Pues en abril, el 28" respondo.
"Ah, bueno, espero que regreses a tiempo para ver las pruebas juntos" dice, mirándome con una gran sonrisa mientras el viento nos mueve los cabellos y la ropa.
"Claro, así será" digo.
Ella me da un beso en la mejilla y me guiña su ojo derecho, "bueno, nos vemos, tengo que ver al director".
Emily se marcha y me mantengo viéndola mientras camina rumbo a la dirección.
Tras eso, regreso a mi dormitorio y le informo a mi madre lo ocurrido, asegurándole que ya cuento con el permiso para abandonar el instituto en el periodo que mi madre me ha pedido.
A partir de ese momento, el tiempo avanza rápidamente, los días con mis amigos se han vuelto excepcionalmente divertidos, creo que no puedo estar mejor con ellos. Los profesores me cedieron la oportunidad de adelantar los exámenes parciales los días 26 y 25, por lo que me tomé más tiempo para estudiar y poder obtener buenas calificaciones.
Es 27 de abril, me tengo que retirar de la escuela. Es muy temprano, mis padres han enviado a Sergio por mí desde muy temprano. Lo que me permite llegar a buena hora a mi casa, pero, al menos quiero despedirme de Emily. Tras dejar mis cosas en el vehículo y darle mi pase de salida al guardia me dirijo hasta el comedor donde me encuentro a todos los chicos.
"Me voy chicos, ya he dejado mis cosas en el vehículo, pero, quería despedirme, nos vemos en unos días" digo.
"De acuerdo, cuídate mucho" dicen ellos.
"A propósito, ¿no han visto a Emi? Ya es algo tarde para que no se encuentre aquí" pregunto.
"Pues, probablemente se haya quedado dormida, puede que se haya quedado estudiando, ya ves que con cada nuevo parcial que pasa ella mejora mucho porque estudia demasiado" dice Sandra.
"Tal vez tengas razón, creo que no la molestaré" digo.
"Nos vemos".
Únicamente le escribo un mensaje para decirle que ya me voy y regreso al coche, sin más, nos retiramos. En todo el camino me mantengo pensando en Emily, quien me contesta tras casi una hora. Me mantengo platicando con ella todo el viaje mientras escucho música con mis audífonos.
Tras casi seis horas de viaje finalmente llego a mi casa.
"Muchas gracias, Sergio, nos vemos" digo.
Sergio sigue bajando mi equipaje y tras colocar mi maleta en el suelo, él choca mi puño.
Al entrar a mi casa mi madre me recibe con cariño y nos sentamos en la sala a platicar sobre el evento.
"Amy ha estado muy nerviosa, ya sabes, los cambios hormonales del embarazo sumado a los nervios de la boda son realmente poderosos" dice mi madre, dándome un vaso de agua.
"Sí, lo puedo imaginar, pobre, ¿por qué no se casaron antes de tener un hijo?" pregunto.
"Bueno, hace tiempo ambos dijeron que planeaban tener un hijo antes de sus 25, pero con ambos estudiando no querían perder tanto tiempo, ya sabes, yo solo pienso que fue su calentura" dice mi madre entre risas.
"Tal vez" digo.
Mi madre bebe de su vaso de agua, "Bueno, te he comprado un nuevo traje mi vida, está en tu cuarto, debes medírtelo, ya que te veo muy musculoso y no sé si te quede"
"Gracias, ma', me lo mediré en un rato más" digo.
Ciertamente he desarrollado más masa muscular durante todo mi tiempo en el instituto, el ejercicio y entrenamiento diario realmente me ha dado frutos. No lo había notado, pero puedo ver algunas venas marcadas a lo largo de mis brazos que llegan incluso hasta mis manos.
Tras platicar con mi madre unos minutos, subo a mi habitación y me mido el traje. Mirándome en el espejo y sumando las sensaciones, me doy cuenta de que me queda exacto, ligeramente ajustado de los bíceps, hombros y pecho, pero nada molesto.
El traje es un elegante traje negro con una camisa púrpura y una corbata negra. La tela se siente demasiado suave, es tan agradable y cómodo el usarlo.
"Ahora que he verificado que el traje me queda bien debo quitármelo" digo.
Me cambio de ropa nuevamente y regreso a la sala con mi madre, solo para toparme que mi padre ya ha llegado. Platicamos sobre mi escuela, los preparativos de la boda, y otros temas más. Por supuesto, no dudan en preguntarme sobre Emily mientras almorzamos.
"¿Vendrá a la boda? Invitamos a su familia" pregunta mi madre mientras levanta los platos de la mesa.
"No sé, no me dijo nada" respondo.
"Según lo que hablé con Max, fue que vendrían solamente él y su esposa" dice mi padre, bebiendo un vaso de coñac.
"Bueno, pues ni modo, hubiera sido lindo que viniera" dice mi madre.
"…"
Sí, hubiera sido lindo… no lo había pensado…
Creo que el que Emily venga a la boda me ayudaría a divertirme incluso más, pero, desconozco si vendrá, no dudo en preguntarle, pero, ella simplemente responde que no, que ha preferido quedarse estudiando, además, que sus padres ni siquiera le habían dicho de tal invitación.
Las horas avanzan y es hora de ir a la cama, mi madre contrató un par de estilistas que vendrán a la casa a maquillarla y arreglarle el cabello desde temprano, por supuesto, yo planeo alistarme únicamente con una o dos horas de anticipación, no es necesario que ponga demasiado énfasis en mi propia imagen, pues, en una boda nunca debes resaltar más que la pareja de novios.
La mañana siguiente me levanto de mi cama. La mañana es soleada, puedo ver un clima fresco, pero ni tan caluroso ni frío, a pesar de ser primavera esperaría un clima algo caluroso, pero todo indica que será un buen día para la boda de mi primo, lo más cercano que tengo a un hermano mayor.
Tras lavarme la cara bajo a desayunar con mi familia y en la sala mi madre ya se encuentra siendo maquillada por dos mujeres mientras tiene una gran cantidad de tubos en todo su cabello.
"Buenos días, ¿qué hay de desayunar?" pregunto.
"Buen día, hijo, hice panqueques, solo caliéntalos en el microondas y prepáralos como gustes, hay café o puedes hacerte una malteada" responde.
"De acuerdo" respondo.
Entro a la cocina y preparo mi desayuno para luego sentarme en el comedor completamente solo. Mientras degusto mis panqueques veo mis redes sociales, videos graciosos, memes, y todo lo que aparece en mi página de inicio.
En ese momento, Emily me escribe preguntándome que tal estaba todo, tras platicar un rato, ella me manda foto de la lista de resultados.
"¡Vaya! ¡Emily felicidades!" le respondo al ver la lista de calificaciones generales del parcial.
Emily tuvo una calificación parcial de 9.3 mientras que yo de 10.0 y Diana debajo de mí con una calificación de 9.99.
Ya me imagino tu cara, Dianita, debes estar teniendo el peor de tus días, únicamente por una centésima estás debajo de mí.
Paso la mañana platicando con Emily y finalmente da mediodía, subo a mi habitación y me doy un baño, me rocío mi colonia para después de la ducha, me afeito la poca barba queme ha crecido y comienzo a vestirme.
Me coloco mis zapatos negros que brillan de lo extremadamente limpios que están.
¿Debería mandarle una foto a Emily?... Creo que sí, lo haré.
Me tomo una foto de cuerpo completo con mi espejo y se la envío. Así, bajo de mi habitación y puedo ver a mi madre de pie, llevando un vestido elegante que llega hasta el suelo, de color púrpura, una especie de banda en cintura que le da la vuelta por completo como si fuera un cinturón. Y un chal de seda en su espalda que se enrolla en sus brazos.
Su maquillaje es realmente bueno; tonos azules y púrpura con un rubor en sus mejillas, un buen delineado y manicura perfecta, así como su cabello; recogido con una especie de cebolla y un pequeño fleco sobre su frente.
Mi padre baja de su habitación con una gran caja de regalo en mano.
"Mi amor… pero qué hermosa" dice, al ver a mi madre.
"Recuerda que no debes brillar más que la novia".
Mi madre sonríe y se ruboriza al punto de que ese maquillaje se pierde en su rostro enrojecido.
"Ay, mi vida, pero qué dices" responde mi madre.
"¿Nos vamos?" dice mi papá.
Nos subimos a su auto, yo en la parte trasera y nos marchamos. La boda sería en un salón de eventos campestre cerca de mi ciudad, a unos treinta minutos en medio del bosque de árboles de pino cerca de Las Vigas.
En cuanto comenzamos a ascender en las montañas el cielo comienza a nublarse, parece que el clima es diferente para esta zona. A nuestro alrededor hay cientos de pinos tan grandes y muchos árboles de coníferas, tanta vegetación que siento mucha paz solo con ver.
En cuanto bajamos del auto se puede escuchar la música de un pequeño grupo de músicos de cuerdas. Hay tantos autos de lujo por doquier, mi padre toma a mi madre con su brazo izquierdo y ella lo sujeta con su brazo derecho, entonces, caminamos rumbo al salón.
El suelo del estacionamiento está repleto de pasto suave y perfectamente podado, la entrada al salón está hecha con un adorno de arbustos de rosales con una serie de focos incandescentes.
El clima fresco nos abraza en nuestro camino mientras vemos el salón adornado con listones y grandes arreglos de tela blanca y púrpura, las mesas son redondas y hay una gran cantidad de platos y vasos, por supuesto, de cristal, flores en el centro de la mesa y un equipo de sonido casi al fondo del salón, por supuesto, en el fondo está la mesa de honor con una pequeña mesa a lado con el pastel de cinco pisos.
Ya hay muchos invitados sentados en el patio, donde se encuentra una gran cantidad de sillas de madera y una pequeña mesa hasta al frente en un altar donde se encuentra un hombre elegante, de piel clara y cabello corto.
Seguramente es el juez.
Mis papás y yo caminamos hasta los asientos vacíos en el frente, allí estaban los padres de Ao y la madre de Amelia. En el camino nos topamos con un hombre cuyo rostro se me hace conocido, su cabello rubio y sus ojos azules siento que los he visto en algún lado, entonces, mi padre lo saluda junto a su esposa.
"Maximiliano, oh, veo que sí vinieron" dice mi padre.
"Sí, así es, muchas gracias a tu sobrino por la invitación, es un joven encantador, fue muy amable de su parte el invitarnos" responde el hombre
¡Lo tengo! ¡Ya decía yo! ¡Son los padres de Emily!
"Veo que han venido sin su hermosa hija" dice mi padre estrechando la mano del padre de Emily y luego saludando a su esposa.
"Sí, lamentablemente ella ha estado indispuesta, ya sabes los problemas que ha tenido, afortunadamente ha mejorado mucho en los últimos meses" dice el padre de Emily con una pequeña sonrisa.
"Ni hablar, pues, espero que se encuentre bien" dice mi padre.
"En cambio, veo que tu hijo se encuentra mejor también, y está aquí presente" dice el padre de Emily mirándome de pies a cabeza.
Mierda, debo saludarlo, pero estoy sudoroso, estoy muy nervioso, mi corazón está acelerado y no puedo moverme.
"Mucho gusto, joven Eric, es un placer conocerlo" dice.
"El placer es mío" digo, estrechando su mano de forma rígida.
"Espero que disfruten el evento" digo.
"Gracias, así será" dice el papá de Emily.
Tras eso, nos sentamos en nuestros lugares y saludamos a mis tíos y los papás de Amelia, es momento de relajarme, puedo respirar nuevamente, mi ritmo cardíaco regresa nuevamente a la normalidad.
"Veo que tus suegros te pusieron nervioso" dice mi padre con una sonrisa burlona.
"Cierra la boca" digo entre risas.
Unos minutos más tarde, Ao llega y se para frente a nosotros, nos saluda y se posiciona a un lado de la mesa al saludar al juez. Él lleva un traje blanco por completo, con un chaleco y un moño en su pecho. Esta ocasión Ao se ha peinado, es raro verlo con el cabello bien arreglado.
Sus manos tiemblan un poco, parece estar muy nervioso, creo comprenderlo, es su boda, yo estaría tan nervioso como él el día de mi boda. Solo imaginarme el día de mi boda con Emily, creo que sería hermoso, me esforzaría por tener una boda increíble, un evento que ambos recordemos por siempre.
Sin más, los músicos comienzan a tocar la marcha nupcial y todos nos ponemos de pie. Amelia camina tomando el brazo de su padre, rumbo al frente de nosotros. Amelia lleva el cabello trenzado hacia su nuca donde el resto de su cabello cae en forma de rizos, un flequillo sobre su frente y unos cuantos rizos caen sobre sus orejas y un velo cae junto su cabello.
Su vestido es muy largo arrastrando una cola de casi cuatro metros y brilla de lo blanco que es. Tiene un corsé que le hace ayuda con los olanes de su vestido para ocultar un poco su vientre de siete meses de embarazo. Su corsé llega hasta su pecho y lleva guantes blancos de seda que alcanzan hasta sus bíceps.
Tras llegar con Ao, el padre de Amelia lo abraza con fuerza y le entrega a su hija, por supuesto, Ao está tan sonriente al igual que Amelia. Así, la ceremonia comienza. Llego a cuestionarme si es una boda religiosa o una boda civil, ya que el juez está hablando sobre la vida amorosa y la iglesia.
La ceremonia continua, todos observamos el evento con atención y no puedo evitar imaginar mi vida en el futuro. Amo a Emily, pero, no quiero ir en contra de su familia, aunque ella parece estar en contra de todos, ni me gustaría tener en contra a Maximiliano.
Un hijo, el matrimonio, nada mejor que pasar la vida con la persona que amas, ¿realmente podré llegar a casarme con Emily? Somos jóvenes, somos muy jóvenes. No quiero acelerar nada, quiero que vayamos con tiempo, aunque siendo honestos, nuestra vida no puede ser tan normal desde que nos enteramos de que somos mutantes con poderes.
Siempre que pienso que puedo llevar una vida común y corriente olvido por completo el hecho de que soy un mutante, aunque pueda dejar el instituto en un año, realmente no podré vivir tranquilo con ese hecho.
Amo a Emily, y sé que ella a mí, pero, no sé si realmente nuestra vida pueda ser la de una pareja común y corriente. Aún tenemos mucho camino por delante, y honestamente quiero vivir en paz con ella, quiero vivir tranquilo, pero realmente no sé si nos casaremos, no sé si estaremos juntos el próximo año, la vida da muchas vueltas, y creo que por ahora solamente debemos disfrutar el presente aunque eso me genera miedo en cierta forma.
Cuando la ceremonia acabó todos regresamos al salón, mi familia se sentó en una mesa en donde compartimos asientos con Kimberly y otros parientes. Kimberly no dejaba de tomarse fotos e incluso me pidió que le tomara algunas de cuerpo completo, pues, quería verse bien con su vestido de dama, un vestido ajustado y largo hasta los tobillos con algunos arreglos de olanes en diagonal a lo largo del vestido, de color púrpura, según veo es el color que Amelia escogió para las damas, ya que puedo ver otras chicas con ese mismo vestido por allí.
Llegó el vals y Ao junto a Amelia compartieron la pista para bailar una pieza romántica y lenta mientras todos observábamos el momento, Amy recostó su cabeza sobre el hombro de Ao mientras esta la toma de la cintura con mucho amor.
Creo que ambos deben estar viviendo un momento soñado, en ellos puedo ver la verdadera muestra de amor, solo quiero llegar a tener algo con Emily como lo que ellos tienen.
Al llegar el vals familiar, me toca bailar con Amelia, la abrazo y le doy un beso en la mejilla felicitándola.
"Felicidades, cuñada" le digo.
Ella sonríe como un ángel mientras sus ojos destellan pura felicidad.
"Muchas gracias, cuñado" responde con alegría.
"Les deseo lo mejor, que sean muy felices y que nunca les falte nada. Espero que se amen por siempre" le digo con algo de melancolía, considero que el ambiente de la boda me ha afectado algo.
"Muchas gracias, Eric. Así será, sabes que siempre voy a amar a tu primo, desde que fuimos adolescentes, siempre lo amé y siempre lo voy a amar" me dice.
Sigo bailando un rato con ella hasta que llega alguien más. Así, regreso a mi asiento y me mantengo observando todo. Luego de eso llega el momento de la cola, el ramo, y finalmente la comida, el brindis, los regalos y el pastel. No es hasta después de las siete de la noche que me dirijo hacia el patio en medio del anochecer. Las luces del patio son solamente antorchas, no hay nada eléctrico. Incluso puedes ver algunas luciérnagas vagar entre el pasto.
Miro hacia el cielo y pienso en lo que me depara en la vida, hace un año estaba enamorado de una chica la cual seguramente me habría roto el corazón, luego sufrí un ataque cardíaco y acabé en ese instituto donde conocí a mi segunda familia. Donde realmente conocí el amor.
Hoy estoy aquí, recuperado del mal que me acechaba y disfrutando mi plena salud, sin embargo, tengo miedo. Miedo de no poder llegar a nada con Emily, tenemos solamente cuatro meses de noviazgo, y honestamente tengo miedo de echarlo a perder. Ella parece estar tan enamorada de mí como yo de ella, pero, sé que eso puede cambiar de un momento para otro, y no sé por qué, pero pensar en eso me da ganas de llorar.
El cielo nocturno está oculto entre nubes blancas por las bajas temperaturas, no puedo ver una sola estrella, únicamente la luz de la luna que logra filtrarse en medio de los cúmulos.
Es allí cuando siento una mano colocarse en mi hombro, en reojo puedo ver a Ao pararse a mi lado.
"¿En qué piensas, viejo?" me pregunta.
"En la vida" respondo.
"Lo sé, es increíble, ¿no?" dice.
"Hace un año estaba feliz de salir con Amelia, y hoy es mi esposa, esperando a mi primogénito… Supe que sería ella mi esposa cuando pasamos más de un año saliendo y nunca vi que nuestra relación decayera, evolucionó, pero nunca hubo caídas graves".
"¿No tuvieron problemas?" pregunto.
"Oh, vaya que sí, ¿pero sabes?, es necesario tenerlos, no hay perfección en la humanidad. Los problemas que se dan en una relación pueden parecerte el fin del mundo, pero en realidad solo son pruebas y escalones para mejorar como persona y madurar" responde.
"Con cada problema que tuvimos crecimos juntos, y nos enamoramos más y más, tú estás en el enamoramiento, Eric. Todo es color de rosas, todo es amor, pero después todo ese amor platónico se rompe y llegan los problemas, es allí donde si realmente se aman aprenderán a sobrellevar esas situaciones, y créeme, cuando pasen esa crisis entonces llegarán al amor maduro, donde no importa que problema haya, siempre podrán dialogarlo y solucionarlo, te lo aseguro".
Miro a mi primo quien trae una copa de vino en la mano.
"Gracias" le digo.
"¿Por?" me responde, algo confundido.
"Por siempre apoyarme, desde cuando creí que el mundo se me iba de las manos hasta este momento, te deseo lo mejor con Amelia, espero que su felicidad sea eterna" le digo.
Ao me mira sonriendo y coloca su puño, así, yo lo choco con el mío.
"Aún eres joven, Eric. Tienes 18 años, incluso si Emily es el amor de tu vida o no, debes disfrutar la vida entera, no te hundas por una sola persona, disfruta el momento, disfruta todo, pues nunca sabrás si será el último día que tengas vida o salud, y de igual modo, te deseo lo mejor con ella" dice Ao.
Mi primo se da la vuelta y regresa a la fiesta dándome la espalda. Mi casi hermano siempre me ha ayudado, y todo lo que dice tiene razón, me ha hecho darme cuenta de que realmente no tengo por qué pensarlo tanto, solo disfrutarlo, mi vida entera, todo debo disfrutarlo.
Regreso a la fiesta con una sonrisa intensa, tengo que acompañarlo en este día tan especial para él, así como él ha estado conmigo, debo vivir cada día como si fuera el último.