Las vacaciones siguen avanzando. Disfruto mi día a día descansando en mi casa, algo a correr por las mañanas para mantener condición, por la tarde voy al gimnasio, y durante el día estudio, entreno mis poderes y salgo con Emily o mis amigos de la ciudad.
"¡Buenos días!", saludo con euforia a mis vecinos quienes están saliendo de su casa para ir a su trabajo.
Me he dado cuenta de que puedo incrementar la fuerza de mis golpes si uso electricidad en mi puño. Puedo lanzar rayos por los dedos, mis manos enteras e incluso mis pies. En realidad, creo que puedo expulsar electricidad por cualquier parte de mi cuerpo, incluso por mis ojos, pero, me irrito demasiado.
"Uff..." exhalo con intensidad al dejar de correr. Tomo una gran bocanada de aire y miro a mi alrededor con la esperanza de que ningún vehículo se aproxime para poder cruzar la calle.
Mi relación con Emily ha avanzado mucho, solemos salir a pasear casi a diario. Nuestras citas suelen darse en el cine, cafeterías, restaurantes o parques, nunca haríamos menos un día de campo.
Ella ha seguido dominando su poder de retención temporal, así como yo el retroceso y el control eléctrico. Pero, creo que lo mejor es que ella aprenda a luchar. Con los insurrectos y esa organización detrás de los mutantes, creo que lo mejor es poder defendernos en un caso extremo.
El día es cálido, no lo suficiente como para incomodarme, pero una temperatura de 21 grados golpea la ciudad entera. El cielo azul es hermoso con cúmulos de nubes en algunos puntos de este. El aire es ligero y fresco mientras que las aves cantan en los árboles que hay en mi fraccionamiento.
Regreso de correr y observo que mi ritmo cardíaco apenas es de 86 LPM, nada mal, considerando que estuve corriendo por una hora y treinta minutos. En cuanto entro a mi casa, tomo una toalla y comienzo a secarme el sudor.
"Hijo, no exageres al correr, recuerda tu condición", dice mi madre, mostrando un rostro preocupado mientras teje en el sofá de la sala de estar.
"No, ma'. No te preocupes, estoy bien", digo.
Siempre olvido que mis padres no saben que realmente no estoy enfermo. Ciertamente debería no exagerar. Para ellos puedo morirme de un paro cardíaco sin previo aviso.
Subo a mi habitación y me quito la ropa para entrar a la ducha y darme un baño ligero. El cumpleaños de Emily se acerca y honestamente no sé qué regalarle, tal vez debería llevarla de viaje, o algo por el estilo. Ella ama la naturaleza, así que, seguramente lo mejor sería ir a las montañas.
Aún así, necesito comprarle algo. Ya le he dado un collar, pero, creo que sería bueno darle un anillo, no de compromiso, pero tal vez uno de promesa.
Tras ducharme, veo que Emily me ha escrito un mensaje. Tomo mi teléfono y lo leo mientras me seco el cabello.
"Cielo, mi familia va a hacerme una cena por mi cumpleaños. Estás invitado, será importante así que debes venir bien arreglado".
¿Eh?
Mi cuerpo se congela, un escalofrío recorre toda mi espalda y siento como si la muerte me tomase de las manos. ¿Por qué me da tanto temor? Conozco a sus padres, pero ¿no es esto un plan para presentarme ante su familia? Dudo que sepan que tiene novio.
"Claro, ¿a qué hora será?", respondo.
Suelto el teléfono sobre mi escritorio y me siento en mi cama mientras comienzo a mover mis piernas rápidamente. Mis ojos divagan por toda la habitación y muerdo mis uñas.
¡Vamos! ¡Solo es una cena por su cumpleaños! ¿Por qué te pones nervioso, Eric? ¡No es nada serio! ¡Y aun si lo fuera no debes temer!
Tomo aire, y tras respirar profundamente cinco veces logro tranquilizarme.
"Solo es eso, una cena. Y si fuera para presentarme como su novio no importa nada, solo es conocer a su familia, claro, a sus padres los conozco".
Según Emily sería una cena con sus padres y familiares cercanos, no sería una fiesta, únicamente comida, regalos, música refinada y luego todos se retirarían o beberían unas copas para hablar de negocios, temas en donde ella suele marcharse.
Sabiendo que su familia es muy elegante, tomo mis mejores prendas. Un traje azul, una camisa blanca y una corbata roja junto a un par de zapaos marrones.
Pienso que es correcto darle a Emily un detalle pequeño, pero de mucho valor sentimental, así que un anillo está bien. En la joyería de mayor prestigio de la ciudad le he comprado un anillo de promesa muy valioso. Hecho en oro con un pequeño pero brilloso diamante. Complemento esto con un ramo de rosas y, además, es bueno llevarle a tus suegros un presente para dar una buena impresión.
Según mi padre, el padre de Emily ama el whisky, así que le compro el mejor que encuentro. Su madre es una mujer que ama el vino, pero, darle alcohol como regalo a una mujer como ella sería una falta de respeto, es mejor darle una caja de chocolates caros y de la mejor calidad.
Ya comienza a oscurecer, así que tomo el auto de mi padre y me dirijo a casa de Emily. Sigo algo nervioso, pero, considero que todo saldrá bien, ella dijo que sería algo pequeño y nada exagerado. La dirección me lleva a un fraccionamiento cercano al mío, pero muy escondido. una zona privada.
"¿Es aquí?".
Miro por mi ventana y veo una enorme casa beige de cuatro plantas, solo el frente impone mucho. Arbustos con forma de canastas en la entrada. Puertas de madera fina y luces elegantes en todos lados y pasto alrededor.
Veo que hay cuatro autos lujosos estacionados afuera, así que supongo que es aquí. Apago mi auto y salgo, tomando los regalos. Cuando me pongo de pie sobre la acera, veo que el vehículo del papá de Emily está estacionado entre todos estos. Lo recuerdo de aquella ocasión de las visitas, ese Mercedes.
Tomo una buena bocanada de aire y toco el timbre.
Tras esperar algunos segundos, una chica de unos 160 centímetros abre la puerta. Me quedo helado al ver que lleva un vestido negro con blanco, es realmente una sirvienta. Incluso lleva puesta la cofia. Ella, de piel blanca, ojos marrones y cabello castaño, me mira ligeramente seria y me observa de pies a cabeza.
"Buenas noches, ¿en qué puedo servirle?", pregunta, con una voz serena.
"Hola, me llamo Eric Jaeger. Vengo a la cena de cumpleaños de Emily", respondo.
Ella asiente y se coloca a un costado de la puerta, extendiendo su mano hacia dentro de la casa.
"Por favor, sea bienvenido. Lo están esperando", dice.
"Claro, muchas gracias", digo.
En cuanto entro a la casa, ella cierra la puerta. La casa es realmente grande, candelabros en el techo, paredes beige con pilares blancos. El suelo es de azulejo blanco en el que realmente podrías ver tu reflejo y algunas macetas en las esquinas. Las casas de mi familia son elegantes, pero, esta definitivamente me ha volado la cabeza.
"Por aquí, por favor", dice ella.
Así, la sigo. Conforme caminamos hacia el comedor puedo escuchar música de cuerdas. Algunos violinistas seguro que están tocando.
"Hemos llegado, pase sin compromiso", dice, realizando una pequeña reverencia.
En el fondo del comedor hay un grupo de cinco hombres muy elegantes tocando instrumentos de cuerda como violín, viola, chelo y contrabajo. En medio hay una enorme mesa con la familia de Emily y ella sentada a la cabeza de todos.
"El mercado está en un momento intenso, hermano." un hombre de cabello negro, traje gris y piel pálida dice esto mientras fuma un puro con el padre de Emily sentado frente a él. No le calculo más de 35 años.
"Lo sé, los inversionistas han alzado la voz. No están dispuestos a tolerar una caída más. Lamentablemente, no es algo que podamos controlar, el narco no deja de crecer, y honestamente, creo que lo mejor que pudimos hacer fue aliarnos con Industrias Jaeger", responde el padre de Emily, sorbiendo de su vaso una bebida amarilla cristalina, puedo ver que se trata de whisky o algo por el estilo.
Emily está sentada mirando hacia la ventana, ignorando todo a su alrededor. Lleva un vestido rosa mexicano ajustado sin tirantes. Lleva puesto el collar que le he regalado y su cabello levantado con una pinza, mientras que sus brazos portan guantes de seda hasta sus bíceps.
"Buenas noches, damas, caballeros. Lamento la interrupción", digo con voz alta y gentil.
En ese momento, todos miran hacia mí, incluyendo a Emily. En cuanto ella me mira, se pone de pie rápidamente y camina hacia mí con un rostro lleno de alegría, sus ojos reflejan el universo entero con ese brillo tan característico de ella.
"Pero mira quién ha llegado… ¡Qué sorpresa!", dice el padre de Emily, poniéndose de pie, masticando su puro y expulsando el humo.
"Eric Jaeger… no me digas que tú eres el invitado de mi querida hija", dice, con un rostro intrigado y un tono de voz modesto.
"Señor Vigil, es un placer verlo de nuevo. Para su mala o buena suerte, así es, soy el invitado de su hija, Emily", respondo.
Todos me miran de pies a cabeza, mientras que el hombre que estaba sentado frente a Maximiliano sonríe y sujeta cuidadosamente su puro.
"El hijo único de Anton, qué maravilla", dice.
"Eric, pasa, toma asiento, por favor, únete a nosotros", dice el padre de Emily, recibiéndome cálidamente.
Por otro lado, ella se acerca y me da un beso en la mejilla. Le entrego sus rosas y dejo el anillo en mi bolsillo. Emily sonríe al ver las rosas y las toma con mucho amor mientras las huele.
"Gracias, mi vida" me dice con una voz tan baja como un susurro mientras muestra un rostro sonriente y sonrojado.
"Por supuesto, también me permití traerles un detalle a ustedes", digo.
Los padres de Emily se miran y sonríen para luego observarme con intriga. Me acerco a ambos y le entrego a él aquella botella que compré mientras que a su esposa le doy los chocolates.
"Es genial, uno de mis whiskies favoritos. Nada mal, Eric. Solo por eso te doy puntos extras", dice entre risas.
"Adoro los chocolates, cariño. Muchas gracias", dice su esposa.
"No es nada, un placer servirles", digo.
Emily me hace señas a la distancia para que me siente a un costado de ella, así, camino hasta mi lugar y me siento.
"Dinos, Eric. ¿Qué se siente ser parte de la familia que promete llevar a nuestro país al primer mundo?", pregunta aquel hombre.
"Se siente genial, aunque, no quiero desprestigiar a esta familia, el hecho de que ambas hayan unido fuerzas es una gran oportunidad para entrar a ese sector", digo.
"Por cierto, no escuché su nombre", digo.
"Me llamo John, tío de Emily, hermano de Maximiliano", responde.
"Es un placer", digo.
"Tu primo… es un genio, ¿eres como él?", pregunta.
El padre de Emily saca el puro de su boca y expulsa el humo, "es un deportista, no quiere seguir el negocio. Es una lástima, conociendo tus grandes capacidades, creo que serías muy bueno en la empresa".
"Se equivoca, soy un deportista, sí. Pero realmente decidí que lo mejor es continuar el negocio. Ao es un genio para inventar y desarrollar tecnología, yo, por otro lado, soy bueno para negocios, y explorar el mercado", respondo.
Emily está muy nerviosa, sonríe, pero, sus pies no dejan de moverse. Así como ella, yo estaba igual, pero, en cuanto entré a este lugar, todo temor desapareció. Ya lo dicen por allí, hay que tomar al toro por los cuernos.
"Bueno, Eric. Pues bienvenido al mundo de los negocios", dice el padre de Emily.
En ese momento, su esposa hace sonar una campana muy pequeña y la sirvienta aparece en el comedor.
"Elvira, por favor. Es hora de la entrada", dice.
"Como ordene, mi señora", responde.
Es así, que ella se retira, y tras unos minutos, otra sirvienta y dos mayordomos aparecen con bandejas que llevan los pequeños platos con crema de elote. Colocan un plato en cada uno de nuestros lugares y luego se retiran.
"Huele delicioso", digo.
"Gracias, es receta familiar", responde la madre de Emily.
Son más agradables de lo que creí. Pensé que serían más arrogantes y amargados. Según Emily dijo que eran amargados.
La música no me desagrada, y aunque no estoy acostumbrado a este tipo de cosas puedo llegar a sentirlo como algo normal. Ellos únicamente hablan de negocios, tal vez sea normal ante su educación familiar, pero, realmente no podría ignorar a mi hija en su cumpleaños, realmente no creí lo que Emily me dijo hace un tiempo; su familia solo habla de negocios sin importar el evento que sea.
"Eric, ¿te gusta el whisky?", pregunta el padre de Emily, sirviendo con tres hielos en un pequeño vaso, una cantidad considerable de esta bebida.
"Eh, bueno, no es mi favorito. Pero para acompañarlos, con gusto lo beberé", respondo.
"Muy bien", dice, dándome el vaso con whisky y hielos en forma de cubos.
En cuanto terminamos la crema, los sirvientes aparecieron, retirando los platos para posteriormente llegar con un enorme banquete. Pavo horneado, camarones con una especie de crema alrededor, pasta a la boloñesa, verduras al vapor, un delicioso puré y cortes finos de res.
"Vaya, esto luce realmente delicioso", digo.
"Gracias", dice Emily, sonriendo mientras su rostro sigue enrojecido.
¿Estás nerviosa? Por favor, Emi. No hay nada que temer, todo va de lujo.
Mientras todos comemos, el tío de Emily me clava la mirada fijamente como un lobo cazando a su presa. Toma un pan del cesto, le da una mordida y luego se limpia con su pañuelo, "¿sales con mi sobrina?", dice, con un tono burlón.
"¡Q-Qué!".
Emily comienza a ahogarse con su comida y rápidamente me pongo de pie, dándole un pañuelo para que lo coloque en su boca mientras golpeo ligeramente su espalda. Tras intentarlo algunas ocasiones, ella finalmente expulsa el trozo de carne con el que se estaba asfixiando.
"¡Estoy bien! ¡No fue nada serio!" me dice ella, con los ojos llorosos.
Regreso a mi lugar y coloco nuevamente una servilleta sobre mis piernas y otra sobre mi pecho.
"Respondiendo a su pregunta… Sí, ella y yo estamos saliendo", respondo.
El padre de Emily no se inmuta, únicamente me mira con un rostro realmente serio, pero, eso me da mucho miedo. Es como si estuviera observando a la muerte directamente a los ojos.
"¿Cuánto tiempo llevan saliendo?", pregunta nuevamente John, con una voz burlona mientras mueve ligeramente su mano de arriba abajo sosteniendo su puro.
A diferencia de Maximiliano, John es realmente un pesado.
El padre de Emily me observa fijamente, luego, mira a Emily sin decir una sola palabra. Él sorbe un poco de su bebida y da un bocado a su trozo de carne para luego limpiar su boca con su servilleta.
"¿Es este un buen momento para hablar de ello? El único interesado en estas cosas, soy yo", dice el padre de Emily, con una voz demandante.
El tío de Emily sonríe y luego continúa comiendo. El padre de Emily sigue observándonos. Una mirada a mí y luego a Emily, eso me incomoda. Miro hacia Emily y me doy cuenta de que ella está intentando ocultar su rostro en la comida, ella realmente está aterrada.
Él no está molesto… ¿verdad?
Intentando mirar hacia mi alrededor, puedo ver a una jovencita a lado del tío de Emily. Ella tiene cabello negro, corto y lacio, su corte es como un estilo hongo. Lleva un vestido negro ajustado y un hermoso collar de oro. Su piel es tan pálida como la nieve y sus ojos verdes como esmeraldas.
Ella cruza miradas conmigo y sonríe amablemente.
"¿Qué te parece la comida? ¿Es el término medio realmente agradable para ti?", pregunta Maximiliano.
"Por supuesto, estoy más que acostumbrado" respondo.
La comida es deliciosa, pero, me sorprende que la gente de clase alta sea tan aburrida, ¿realmente estoy en ese sector de la población? ¿Realmente todos los ricos son así?
Tras la cena, los sirvientes retiran los platos, las bandejas de comida y regresan con platos de pastel de vainilla y más botellas de whisky. En cuanto pruebo el pastel no evito sentir el paraíso en mis papilas gustativas. Textura suave, ni seco ni jugoso, es realmente esponjoso. El sabor no es dulce excesivamente, pero realmente abunda el sabor a vainilla.
Emily parece disfrutarlo, olvido que ella adora las cosas dulces.
Tras el pastel, todos los hombres toman nuevamente sus puros y se sirven un vaso de whisky con hielo, por supuesto, me sirven uno más a mí.
"¿No creen que deberíamos bailar?", pregunta la madre de Emily.
Ella se levanta, se acerca a los músicos y les susurra algo, luego, regresa a su asiento. Los músicos comienzan a tocar una nueva pieza, algo lento pero agradable al oído.
"Oh, buena elección, querida", dice su esposo.
Todos los hombres se levantan y toman a sus parejas para bailar juntos, tomándolas de la cintura con la mano derecha mientras que la izquierda la elevan hasta la altura de su hombro, entrelazando los dedos con los de sus parejas.
Al ver esto, no puedo evitar ponerme de pie y estirar mi mano hacia Emily. Ella sonríe y suavemente acepta mi invitación al baile, yo la sostengo mientras ella se levanta de su asiento, la suavidad de la seda se incrusta en mis nervios, dejándome cautivado mientras ella, con su delicioso aroma a perfume juvenil me cautiva el olfato.
Lentamente, comenzamos a bailar muy juntos mientras la sostengo firmemente de la cintura. Ella parece nerviosa, su cuerpo tiembla y no deja de sonreír.
"¿Estás bien?" le pregunto con voz tenue.
"Sí, es que… estoy muy feliz de que estés aquí, no solo eso, sino que… tengo muchos nervios", responde.
"Todo está bien, déjate guiar" le digo, dando un paso atrás llevándola conmigo al ritmo de la música.
Los violines suenan agudamente mientras todos estamos bailando. No es algo a lo que esté acostumbrado.
Ella poco a poco comienza a relajarse hasta que finalmente percibo que está disfrutando el momento. Ella no deja de mirarme a los ojos mientras damos vueltas y nuestros pies se mueven de un lado a otro. Su labial me está llamando, el no poderla besar aún frente a su familia me genera un deseo intenso. Sé que ella se siente igual.
Cuando la pieza musical termina, todos nos mantenemos de pie mientras todos aplaudimos suavemente evitando hacer demasiado ruido. Los músicos inician una nueva canción y continuamos bailando un par de piezas extras.
Tras un rato, todos regresamos a nuestros asientos y los hombres nuevamente encienden sus puros.
"Bien, caballeros. Los invito a ir a fumar un poco y beber en mi despacho. Eric, ¿gustas venir? No hay problema si gustas quedarte aquí con ella", pregunta el padre de Emily, poniéndose de pie.
"Agradezco su invitación, señor. Pero, considero que lo correcto es que me quede con Emily en este momento, es su cumpleaños y quiero pasar el momento con ella", respondo.
Él sonríe mientras mantiene su puro en la boca y asiente, "correcto. Muy bien, caballeros, por aquí".
Las mujeres se acercan y se ponen a platicar de novedades en la moda, cosas que realmente no me interesan. Emily, por otro lado, parece que se ha relajado por completo y ahora se sienta a mi lado.
"¿Estás divirtiéndote?" me pregunta, con una risa burlona.
"¿Sabes? Creo que es realmente un ambiente diferente, no se me hace mal", respondo tomándola de las manos.
"Dices eso porque lo has vivido un día únicamente, imagina vivirlo toda tu vida", dice ella, liberando un suspiro.
La otra chica se sienta a lado de Emily y me mira fijamente con emoción.
"No puedo creerlo, ¿tú eres Eric? Es un placer, soy Vivian, prima de Emily", dice la chica, dándome la mano.
"Un placer, soy Eric Jaeger", respondo.
Ella sonríe y hace un gesto de orgullo, "sé quién eres".
"Pues qué halagador", digo.
Emily se levanta y me sonríe, "¿quieres que vayamos a tomar aire?".
"Claro", respondo.
Los tres nos levantamos y salimos al patio trasero de Emily. Un patio enorme, el pasto es tan suave como algodón, hay una piscina y arbustos con forma de animales. Los tres caminamos lentamente hasta llegar a unas bancas elegantes de metal incrustadas sobre una pieza de concreto hecha con tabiques.
"¿No es hermosa la noche?", pregunta Vivian.
"Está nublado, así que no hay nada que ver en el cielo", respondo.
"¿Eh?" ella voltea a verme desconcertada.
Emily comienza a reír y recuesta su cabeza sobre mi hombro.
"Eric adora el espacio, por eso dice que si el cielo está nublado no hay nada que ver, en realidad para él una nube en la noche es completamente inútil, le impide ver el cielo al desnudo", dice Emily, oliendo mi perfume.
"Veo que usaste la mejor fragancia".
"Tenía que dar una buena impresión", respondo.
Ella sonríe y mantiene su cabeza recostada en mi hombro.
"Gracias por venir, hiciste que mi cumpleaños no fuera aburrido", dice.
"De nada", dice Vivian.
Emily levanta su cabeza y la mira con un rostro apenado.
"Vivian, le decía a Eric", dice.
"Ah… ya veo… bueno, entiendo" Vivian dice esto con un rostro deprimido.
Emily sonríe y la toma de las mejillas.
"Tranquila, también gracias a ti por venir con tus papás", dice.
Me doy cuenta de que Vivian es la única persona que probablemente sea como Emily en su familia. Si las ves afuera de su familia, fuera de su hogar, pensarías que realmente no pertenecen a la clase alta y están acostumbradas a la elegancia.
Continuamos platicando sobre cosas de nuestras vidas, Vivian me dice que ella vive en Monterrey con sus padres, estudiando en los mejores colegios privados. Además, es la heredera de la familia después de Emily. No hay hombres de la edad, por lo que, todos esperan a que ambas lleven candidatos aptos de la responsabilidad de sus riquezas.
Tras hacerme varias preguntas, Vivian regresa dentro de la casa, aparentemente tiene sueño así que se ha retirado, dejándome solo con Emily.
"Lamento si mi prima te incomodó, ella es algo intensa", dice Emily.
"Bueno, es demasiado extrovertida, a diferencia de ti", digo entre risas.
Ella hace un puchero y seguido de ello me da un beso en la mejilla. Estando aquí con ella, recuerdo que tengo el anillo en mi bolsillo. Con eso, rápidamente lo tomo con mi mano derecha.
"Emily, por favor cierra tus ojos y estira tu mano hacia mí".
Ella sonríe y lo hace sin titubear ni cuestionarme.
Abro la caja con mucho cuidado y lentamente le coloco el anillo en su dedo anular. Conforme más inserto el anillo, Emily me muestra una sonrisa nerviosa, no abre sus ojos, pero esa sonrisa es suficiente para demostrarme lo feliz que está.
"Ya puedes abrirlos".
Emily lo hace y cuando ve el anillo sus ojos se abren de par en par. Aunque no ha dicho una sola palabra puedo ver en ella su emoción.
"Eric… esto es…", dice entre una voz tartamuda.
Ella tiembla y su rostro está estupefacto ante lo que está viendo en su dedo.
"Es un símbolo de nuestro amor. Somos jóvenes, pero en un futuro quiero realmente formar algo serio contigo. Casarnos, formar una familia, este anillo es una promesa de mi amor por ti, de que un día te daré el oficial", digo, acariciando su mano. Emily parpadea en repetidas ocasiones y luego me mira con sus ojos abiertos por completo.
Sus labios comienzan a temblar severamente y sus mejillas se llenan de rubor. Así, ella lleva su mano derecha a su boca mientras sus ojos se entrecierran solo para luego brincar hacia mí y darme un beso profundo en los labios.
"¡Te amo!", exclama mientras un par de lágrimas escurren en sus mejillas.
"Y yo a ti, con todo mi corazón", respondo, limpiando sus lágrimas con mi pañuelo.
"No llores, mi vida. Vas a echar a perder tu rímel".
Emily ríe y me abraza, hundiendo su rostro en mi hombro.
"Me encantó el anillo… realmente me encantó. Haces que mi vida realmente sea perfecta…", me dice.
"Lo mismo digo, realmente eres… mi punto de soporte", respondo, dándole un pequeño beso en la mejilla.
Permanecemos unos minutos allí y luego regresamos a la casa, solo para ver que todos han desaparecido, únicamente puedo ver al papá de Emily sentado en la mesa fumando un puro.
"Ah, joven Eric, ¿podemos hablar un minuto?", pregunta.
"Claro", digo.
Él se levanta y camina hacia su despacho mientras lo sigo. Antes de entrar miro a Emily quien se ha quedado congelada. Ella no se mueve un solo centímetro. Tiene una expresión de miedo, es como si le hubieran dado la peor noticia del mundo en ese instante.
"Ya vengo", le digo con una sonrisa.
En cuanto entro a su despacho, Maximiliano ya se ha sentado y me señala un asiente frente su escritorio. Sin decir una palabra me siento allí y él me entrega un vaso de whisky mientras fuma de su puro.
El silencio invade nuestro entorno. El aroma a tabaco golpea mi nariz mientras el padre de Emily me mira fijamente sin decir una sola palabra.
"¿Qué intenciones tienes con mi hija?", pregunta, sin previo aviso.
¡Qué directo!
"Las mejores, señor. Puede que sea una ofensa para usted el no haberle dicho nada antes, pero, amo a su hija. Quiero hacerla feliz, darle todo de mí sin condición alguna", digo.
Él me mira seriamente sin decir una palabra y libera el humo de su puro.
"¿Realmente la amas?", pregunta.
"Daría mi vida por ella, señor", respondo.
"¿Por qué no me dijiste nada?", pregunta.
"La personalidad de mi hija dio un drástico cambio desde octubre el año pasado. Ella era muy callada con nosotros, siempre lo fue, y de repente comenzó a hablar sobre lo feliz que era, abrió sus emociones a nosotros. ¿Fuiste tú el responsable?", pregunta.
En parte lo soy, pero, la mayor parte de ello es que ella despertó sus poderes.
"Parece que sí, señor. Cuando fueron las visitas en octubre ella y yo ya nos conocíamos y, de hecho, me di cuenta de que la necesitaba a mi lado para estar en paz", respondo.
Él sonríe y luego bebe de su whisky.
"Déjame contarte una historia, joven Eric. Hace muchos años, había un jovencito con ganas de ser un gran científico. Su familia le negó el sueño, lo forzó a ser un empresario. Educado a la fuerza y mantener una relación amorosa a escondidas, ya que ella no era ideal para él, según la familia del chico".
"Pero, cuando la familia del joven se enteró, lo dejaron sin herencia alguna, no podían permitir que manchara el apellido de la familia con una simple plebeya. Él siguió de frente, amando a la mujer hasta el final, y con todo su esfuerzo levantó su imperio, un imperio que lo dejó en la ruina pero que años más tarde finalmente lograría regresarle lo que había invertido en esta. La familia vio el enorme potencial del joven, que, a tan corta edad, había levantado una empresa muy grande sin su dinero".
"Hablaron con el chico, regresándole su lugar en la familia, y con ello, le permitieron seguir usando el dinero de todos. Pero, la esposa del joven no sería tolerada hasta muchos años después. Él luchó por ella y nunca se rindió, y ella, que lo amaba con toda su alma, jamás dejó de quererlo aún y cuando durmieron en el suelo frío de un departamento increíblemente pequeño".
"¿Entiendes, Eric?", me pregunta.
Tomo mi vaso y bebo de mi whisky, luego asiento y miro directamente a los ojos del padre de Emily.
"Sufrí mucho, pero gracias a eso mi esposa, la mujer que amé y sigo amando, está conmigo. Dices que amas realmente a Emily", dice.
"Lo hago", respondo.
Él suspira y se pone de pie, caminando hacia la ventana de su despacho y mirando a través de ella.
"¿Incluso la amarías si te dijera que ella no es nuestra hija biológica?", pregunta.
¿Eh? ¿No es… su hija? No me importa en absoluto su apellido, pero ¿Emily es adoptada?
Me quedo congelado por unos segundos y tras pensarlo por unos momentos, logro responder, "A mí no me importa si Emily es realmente su hija o no, la amo, créame. Pero, por favor, dígame. ¿Es adoptada?".
Él se da la vuelta hacia mí y sonríe.
"Sí, mi esposa jamás pudo concebir un hijo nuestro… cuando comenzamos a vivir juntos pensé que, tal vez yo era él infértil… pero no, tras los análisis de muchos doctores nos dimos cuenta de que ella jamás podría darme hijos".
"Cuando Emily llegó a nuestras vidas no dudamos en protegerla y amarla como nuestra hija, por supuesto, la familia nuevamente se mostró horriblemente en desacuerdo con ello. Una mocosa que ni siquiera es de nuestra sangre está en el libro de la familia, eso me dijeron. Pero, con el paso de los años ella fue demostrando ser más digna que cualquiera otra heredera de sangre directa".
"Eric, si realmente amas a mi hija, la vas a amar con defectos y virtudes. Eso incluye que no la lastimes y no te importe que sea adoptada", dice.
"Créame, señor. Eso no la hace menos, es interesante ya que quiero saber más de ella, pero realmente no me interesa si es realmente de su sangre o no, no estoy enamorada de ella por su dinero, sino por lo que ella es", respondo.
¡Clap!
Un golpe resuena en la puerta del despacho y tanto como el padre de Emily y yo volteamos rápidamente.
Emily nos está espiando… ya hablaré con ella luego.
"Parece que hay espías en el lugar", dice entre risas.
"Eric, cuida de mi hija, valórala, y ámala. Si un día quieren casarse, te lo digo desde ahora, tienen mi bendición. Pero te advierto, lastima a mi hija y te haré sentir el infierno en vida", dice, poniendo una mano en mi hombro.
"No se preocupe, señor. Amaré y protegeré a Emily hasta mi último aliento", digo, poniendo mi mano en mi pecho y mostrando un rostro con total determinación.
Él se ríe y fuma nuevamente de su puro.
"Me recuerdas tanto a mí… en fin. Fue un placer, Eric", dice.
"No es que te corra de mi casa, pero no solemos permanecer tan tarde despiertos".
"No se preocupe, señor, de igual forma planeaba retirarme y evitar ser una molestia", respondo.
Ambos salimos del despacho y puedo ver a Emily sentada en un sofá frente al despacho completamente nerviosa, fingiendo no ver que hemos salido de allí.
"Emily, cariño. Eric ya se va, en cuanto se retire, por favor, ve a tu cama", dice él.
"Eric, cuídate mucho. Salúdame a tu familia".
Maximiliano sube las escaleras y me quedo a solas con Emily nuevamente.
"Eh… yo…", dice ella sin poder completar su oración. Su voz tiembla, así como su cuerpo entero. Asimismo, me doy cuenta de que arrastra sus palabras. El aliento de Emily huele a vino.
¿Bebió mientras platicaba con su padre?
"Calma, Emi. No me digas nada, como le dije a tu padre. No quiero algo contigo por tu apellido, sino, por quien eres realmente, porque te amo, porque eres a quien quiero tener a mi lado. Sé que tienes un pasado, y me interesa porque se trata de ti, pero, no me lo digas hasta que estés lista", digo, tomándola de la mejilla.
"Eric… cuando hablas así, es imposible que no me enamore más de ti", dice, de una forma en la que apenas entiendo lo que acaba de mencionar.
Ella me besa y puedo sentir su lengua adentrándose en mi boca y percibo el sabor a vino.
¡Pero qué está haciendo! ¡No me desagrada, pero qué rayos!
Cuando finalmente logro separarme de ella, me doy cuenta de que hay una botella de vino en el suelo.
¿Se bebió toda la botella? ¡No puede ser!
"¿Emily? ¿Te bebiste toda la botella tú sola?", pregunto.
"No… bueno… solo la mitad, es lo que encontré… perdóname, estaba muy nerviosa", responde. Cada segundo que pasa parece que el alcohol la golpea más.
Su cuerpo se tambalea, apenas puede mantenerse en pie.
"Vamos te llevaré a tu cama", digo.
La tomo en brazos cargándola por completo y subo las escaleras. Los escalones tienen alfombra de color rojo, los barandales de las escaleras son de madera fina e incluso en los pasillos, el suelo tiene alfombra.
"¿Dónde es?", pregunto.
"Sigue el pasillo al fondo… la puerta dorada número tres a tu derecha… allí es mi habitación", responde, colocando sus brazos alrededor de mi cuello.
Su habla ha cambiado. Ya no puede pronunciar bien las palabras. Rápidamente la llevo a su habitación y en cuanto abro la puedo ver que su cama es enorme. Cobijas rosadas y púrpuras mientras que tiene una enorme cantidad de peluches por todos lados.
Posters de agrupaciones musicales en diferentes puntos y la foto que nos tomamos en navidad la ha enmarcado en una forma similar a la que me regaló.
"…" sonrío al darme cuenta de que ella me ama tanto como yo a ella.
"Cuando me cargas así… ¡Me siento como una princesa!", exclama, elevando sus brazos.
"Emi, silencio. Vas a despertar a tus padres", digo.
"¿No soy tu princesa?" me pregunta haciendo un puchero, pasando su dedo índice por mis labios.
"Sí lo eres, mi vida. Pero, no estás bien. Vamos, hora de ir a la cama", digo.
La coloco en su cama, retiro sus zapatos y le acomodo el cabello para que pueda dormir bien. Asimismo, la cubro con sus cobijas y apago la luz de su habitación.
"Te amo… nunca me dejes… Eric" Emily lentamente comienza a quedarse dormida en cuanto la coloca en su cama.
La observo mientras estoy sentado en la orilla de su cama, su respiración es algo intensa, pero tras un rato se queda dormida. Me levanto de su cama y me aproximo a ella para darle doy un beso en los labios, con eso, puedo retirarme.
Salgo de la casa de Emily, y un mayordomo cierra la puerta tras mi salida. Me subo a mi carro y finalmente me regreso a casa. Creo que no salió mal esta cena, fue ideal, y tuve una plática cercana con el padre de Emily. Incluso nos dio su bendición.
Emily es adoptada, ahora que lo recuerdo, Sandra me dijo que Emily sufrió eventos traumáticos de niña. Ahora tiene sentido que tenía esa timidez y al mismo tiempo, sumado con sus poderes, tenía ese problema. Parece que Emily no solo era tímida con nosotros, sino que también lo era con sus padres.
Me aseguraré de hacer feliz a Emily para toda la vida, no me importa si es adoptada, si es del apellido Vigil o no. La amo, daré mi vida por ella.