Después de la semana de vinculación todo fue algo rápido. Disfruté en compañía de mis amigos hasta el último día de clases, recibí mi historial académico de este semestre y ahora puedo relajarme. Una vez más, me mantengo como el mejor estudiante del instituto mientras que Diana me toca ligeramente con su promedio casi perfecto.
Junio ha llegado, las vacaciones son inminentes, el viento nos azota por todos lados con una cálida mañana. El director se encuentra acompañado de los demás académicos en el estrado de la explanada principal mientras todos estamos de pie escuchando su discurso.
"Felicidades a todos, el índice de reprobados logró disminuir un 30% más respecto al semestre pasado. Sigan así, es bueno para todos ver que han conseguido mejorar".
"Hoy es el último día de todos en el instituto antes de irse de vacaciones. Mis felicitaciones también para aquellos que han decidido graduarse del instituto y convertirse en mutantes que trabajarán para el bien de la humanidad, no sin antes también reconocer a aquellos que, aunque no quisieron continuar el camino, serán contribuyentes de la mejor sociedad que existe".
"Felicidades a todos los egresados, y ahora, los futuros egresados. Aquellos ubicados en el quinto periodo, deben prepararse. Ya que ustedes comenzarán su año final en el instituto, y si bien es emocionante, llega una prueba más peligrosa para todos. Las misiones, pero no se preocupen, ya hablaremos a detalle con ustedes, de antemano quiero decirles que los que pertenecen al quinto periodo deberán regresar el día veinte de julio para comenzar con su entrenamiento antes de clases".
"Sin más, debo desearles suerte a todos, y no debo olvidar mencionar que no pueden usar sus poderes allí afuera a menos que sea necesario, recuerden, solo si es de vida o muerte. Cuídense mucho, y eviten los problemas, eso es todo, pueden retirarse".
Tras eso, los aplausos suenan en todo el lugar y comenzamos a retirarnos de la explanada. Me reúno con los chicos y caminamos rumbo al comedor.
"¿Qué harán en sus vacaciones?", pregunta Karla.
Emily lleva su mano a su quijada y tras pensarlo unos segundos, responde, "bueno, creo que iré un par de días a visitar a mi familia a Monterrey, aunque realmente eso no me genera emoción alguna".
"Solamente quiero descansar un poco".
Sandra sonríe como si hubiera visto una mina de oro frente a ella, "yo iré a la playa con mi familia, seguramente al pacífico".
"Bueno, yo solo acompañaré a mi hermanita a sus clases de guitarra", dice Rodrigo.
"¿Alicia toca guitarra?", pregunto, muy asombrado.
"Está aprendiendo, digo, la guitarra es más grande que ella", responde entre risas.
"Es bueno ver que al menos con una persona no eres un degenerado", digo.
"Mientras yo tenga vida ella siempre tendrá a alguien que la trate como reina", responde.
Es raro escucharlo hablar así de una mujer, no parece él mismo.
"Yo únicamente compraré libros", dice Diana, haciendo un gesto modesto con su mano al acomodar su cabello.
No cabe duda, ella realmente es una chica ligeramente aburrida. Bueno, digo esto cuando realmente olvido el gran caos se creó en aquella noche que logré borrar con mis poderes. Todo ocurrió en un bar al que ella decidió llevarnos.
"¿Ustedes qué planean hacer?", pregunta Sandra mirando a Eduardo y Karla.
"Pues, yo aún lo sé, supongo que quedarme en casa con mi familia", responde Karla algo temerosa, mientras tartamudea un poco.
"Yo planeo practicar mis poderes en campo abierto, aquí siempre me he sentido como un animal encerrado en un zoológico", dice Eduardo.
Creo que lo comprendo, no es lo mismo estar allí afuera que aquí dentro, siendo sincero a veces extraño mi casa, pero me pasa lo mismo en vacaciones, suelo extrañar el instituto.
"¿Y tú, Eric?", pregunta Emily.
Todos voltean a verme de una forma muy intensa, esperando que dé mi respuesta.
"Eh, bueno, no lo he pensado, honestamente son las primeras vacaciones que no pienso en algún plan. Seguramente vaya de viaje con mi familia, pero, me aseguraré de pasar gran parte con Emily", digo, con una sonrisa en mi rostro mientras el aire nos golpea suavemente como una cálida caricia.
"Bueno, pues espero que todos disfruten sus vacaciones", dice Sandra.
Desayunamos, regresamos a nuestras habitaciones y comienzo a preparar mi equipaje para regresar mañana a mi casa con mi familia. Tomo mis zapatillas de fútbol, mi uniforme del equipo y los guardo junto a mis demás cosas. Entre mis prendas encuentro el abrigo que Emily me dio.
"Je".
Es increíble, realmente parece hecho como un impermeable, me servirá en Xalapa, el clima allá siempre es inestable después de junio. Miro la foto que Emily me ha dado, y realmente me siento nostálgico, es como si todos estos meses hayan pasado realmente rápido, quisiera que el tiempo se congelase.
Unos meses atrás deseaba que el tiempo avanzara rápidamente, y ahora no quiero que avance, o al menos, que no avance tan rápido.
Mientras continúo guardando mis pertenencias, alguien toca a mi puerta. Rápidamente camino y la abro, solo así veo al director de pie junto a mi dormitorio.
"¿Director Noel?", digo con sorpresa.
"Buen día, Eric. ¿Se puede?", pregunta.
"Claro, adelante", respondo.
El director entra y cierro la puerta. Él observa con detalle todos y cada uno de los aspectos de mi habitación.
"Eres el único que no ha decorado tanto su dormitorio", dice con una sonrisa.
"Bueno, es que cuando yo salga de aquí, no quiero que sea una molestia quitar todo", respondo.
El director sonríe y se sienta en mi cama.
"Todos están emocionados por irse, y eso es bueno, pero, Eric… Necesito que te cuides mucho", dice, cambiando su expresión facial repentinamente.
El director cierra sus puños y los aprieta.
"¿Ocurre algo, director?".
"Algo malo está ocurriendo allí afuera, en todo el mundo", dice.
¿Qué diablos significa eso?
El director suspira y me mira con preocupación.
"Cientos de mutantes mueren cada semana, nuestros mutantes de élite están desapareciendo rápidamente, hemos detenido las misiones de grado cero para todos", dice, pasando su mano derecha por su rostro.
"Tú, Emily y los demás, aléjense de toda situación peligrosa, de verdad, son jóvenes. Me duele perder a cada adulto que entregó su vida por el instituto, me dolería mil veces más que ustedes no logren ser… adultos…".
Miro como el director comienza a derramar un par de lágrimas repentinamente.
"Disfruten sus vacaciones, pero, Eric. Quiero pedirte un favor, en cuanto salgas del instituto, aléjate, no vuelvas a usar tus poderes, peligras, todos peligramos. Hay personas, una red internacional que está capturándonos, experimentando con nosotros, y muy pocos han logrado sobrevivir, pero aquellos que lo hacen no vuelven a ser los mismos… esta semana, dos sobrevivientes se quitaron la vida…".
"…"
¿Qué está diciendo? ¿Qué demonios es lo que está diciendo?
"… ¿Es lo que me dijo hace un tiempo? Que… hay personas que nos quieren hacer daño".
"Sí… Justo ahora estamos retirando nuestras operaciones, ya hemos alertado al gobierno, así como todos los países lo han hecho, y no solo es esa red… ¿has escuchado de los insurrectos?".
¿Insurrectos? Yo… recuerdo eso, ¿pero de dónde?
"Creo que sí… ¿qué es eso?", pregunto, con una voz enmudecida.
"Los insurrectos son mutantes rebeldes, ¿recuerdas cuando te dije que enviábamos mutantes a detener a los rebeldes? Bueno, eso son los insurrectos. Mutantes que se convierten en criminales, terroristas, todo tipo de personas malvadas que puedas imaginar", dice.
"Ellos cada vez toman más poder sobre nosotros, nos cuesta demasiado enfrentarlos, pero confío que tarde o temprano podremos hacerlo. Por el momento no, y menos con esos malditos allí afuera cazándonos como animales salvajes" el director dice esto mientras una vena salta de su frente y su voz se escucha muy irritada.
"Por eso te pido, que en cuanto te gradúes, olvides por completo esto, aléjate tanto como puedas o ellos… tarde o temprano te encontrarán…", dice.
El silencio invade mi dormitorio, el director mira hacia el vacío absoluto y yo me encuentro de pie con un nudo en la garganta.
¿Qué rayos está pasando allí afuera?
Mi cuerpo entero comienza a temblar un poco y el sudor se escurre por mi frente.
"En fin… solo cuídate, Eric. No te preocupes, si alguno de ustedes se encuentra en peligro serán apoyados antes de que se den cuenta. Solo eviten meterse en problemas", dice el director, poniéndose de pie y dándome una palmada en la espalda.
Él se retira y me deja solo, con un mal sabor de boca. La puerta suena al accionar el seguro y me quedo en silencio.
¿Qué carajos hago ahora? Me siento demasiado asustado. Tal vez soy solo un cobarde que aún no entiende que en este mundo no hay lugar para los temerosos. Pero, maldita sea, no puedo evitar tener miedo.
Mi cuerpo tiembla, mi corazón acelerado brinca de mi pecho y vienen a mi mente aquellos momentos de cuando comenzaba a tener ataques cardíacos.
¡Es una taquicardia!
No, solo estoy aterrado…
No puedo relajarme… alguien ayúdeme.
¡Crash!
"¡Eh!", exclamo, dando un salto por el susto que me he llevado.
Parece que alguien en el dormitorio de arriba rompió algo de cristal, eso me ha tomado por sorpresa.
Mi corazón casi sale de mi pecho.
Miro por la ventana y puedo ver una luz roja en el muro del final de las canchas de baloncesto. Mi respiración no cesa, mi cuerpo entero tiembla, siento como si me fuera a caer, creo que voy a desmayarme.
Así, golpeo mi cara con mis manos y en cuanto abro mis ojos me doy cuenta de que no hay ninguna luz roja en las canchas, fue imaginación.
Jejeje, parece que estoy exagerando… Debo calmarme, si sigo así tarde o temprano me volveré loco.
Doy un gran respiro y poco a poco me recupero.
Mi corazón logra regresar a la normalidad y me doy cuenta de que tal vez estoy exagerando con mis pensamientos. Aunque esté aquí adentro, no han dicho nada en las reuniones, nadie sabe nada, pero, seguramente lo han mantenido en secreto.
¿Por qué me avisa solo a mí y a los chicos? ¿No significa que solo le importamos nosotros? Es un halago, pero realmente injusto, hay más de dos mil alumnos aquí y solo le importamos nosotros. No sé si sentirme molesto o contento con eso…
Mi teléfono suena y logro reaccionar. Mi madre me ha enviado un mensaje.
"Sergio irá por ti muy temprano como siempre", dice.
"Entiendo, gracias", respondo.
Continúo preparando mi equipaje, debo dejar de pensar en ello, solamente me quitará el sueño en la noche.
Disfruto el resto del día con mis amigos, jugamos juntos, comemos y en la noche regresamos a nuestras habitaciones listos para dormir. Miro por mi ventana y veo más personas de lo habitual en los corredores, deben estar disfrutando de todo.
Me acuesto sobre mi cama y tras unos minutos logro conciliar el sueño, sin embargo, puedo escuchar rayos cayendo. Electricidad por todos lados, aunque tengo los ojos cerrados puedo percibir los rayos púrpura yendo de un lado a otro. Seguido, el sonido de la maquinaria de un reloj se hace presente, no entiendo que rayos es esto, pero no puedo despertar.
Permanezco durmiendo, sin embargo, es una voz conocida la que me despierta, "ella no fue asesinada por los insurrectos… ella fue asesinada por tu ídolo".
Las imágenes de cuatro siluetas de pie frente a mí aparecen de la nada, sus rostros no son visibles, pero sus ojos brillan de un tono verde esmeralda mientras que uno únicamente destella uno de rojo carmesí. Esto, lo he visto antes. Detrás de ello hay una enorme cantidad de rayos brotando sin dirección fija, no entiendo nada, solo sé que estoy aterrado.
¡Mierda! ¡Sáquenme de aquí!
"¡Ellos no la mataron, Eric!", exclama el sujeto de en medio, el líder de ellos. Tomándome del cuello y arrojándome al suelo.
La silueta de ese sujeto ahora tiene una boca llena de dientes filosos como navajas, así, me sonríe mientras la saliva escurre de su boca. "Recuérdalo, Eric… Por más que lo intentes… no hay salvación alguna… todos los caminos llevan al mismo destino… La muerte" me susurra. Así, la saliva se vuelve sangre y conforme más lo miro sus dientes más grandes se vuelven.
"¡Basta!", exclamo.
Despierto sin previo aviso. Estoy sudando, parece que tuve una noche loca, ya que, mi cama está deshecha. Mis frazadas están en el suelo y el colchón no tiene nada que lo proteja.
"¿Qué rayos fue ese sueño? Yo… recuerdo esa voz… esa frase… lo sé… ¿pero por qué recuerdo todo eso hasta ahora nuevamente?", digo, pasando mi mano derecha por mi rostro.
La voz de ese sujeto hace eco en mi cabeza, es como si tuviera una grabadora en mi mente. Además, tengo un sabor metálico en mi boca, ¿es sangre? ¿Qué rayos pasó en la noche?
"Siempre que consigo olvidar aquella noche en el hospital hay algo que me la recuerda…".
Me pongo de pie y veo a través de mi ventana. Está lloviendo y el destello de los rayos se hace presente. Supongo que las palabras del director y esta tormenta fueron suficiente para hacerme sacar recuerdos de donde los tenía ocultos.
No puedo seguir pensando en ello. Es hora de irme.
Tomo un baño, corro hasta el comedor para desayunar con mis amigos. Me despido de todos y regreso por mi equipaje. Sergio me espera con un paraguas y corremos hasta el auto para subir mis cosas.
Desde la ventana, puedo ver a Emily observarme desde la entrada del instituto, seguramente está esperando a sus papás.
"Te amo", dice.
No puedo escucharla, pero pude leer sus labios.
"Y yo a ti", respondo.
Ella me dice adiós con su mano y Sergio arranca el auto. Todo el trayecto estuvo lleno de lluvia, decidimos ir por la autopista, ya que la ruta alterna con lluvia es muy peligrosa. Cuatro horas y cuarenta minutos de viaje fueron suficientes para llegar a casa.
"Joven, póngase su abrigo, la temperatura afuera es de diez grados", dice, antes de salir del auto al llegar a mi casa.
"Eh, pero, mi abrigo está en la maleta", digo.
Sergio abre la puerta y el paraguas, así, bajo del auto y corro hasta mi casa. El frío es increíble, no recuerdo que se sintiera así, seguramente me he aclimatado a las altas temperaturas de ese lugar.
"¡Ma'! ¡Ya llegué!", exclamo, al entrar a mi casa.
"¿Eric? ¿Hijo?", responde mi madre desde la cocina.
Ella se asoma y puedo ver su cabeza desde la sala de recepción.
"Hijo… ¡Qué bueno que ya llegaste!", exclama, corriendo hacia mí.
Yo hago lo mismo y la abrazo.
"He regresado, ma'. Otra vez fui el alumno estrella", digo con una mirada orgullosa.
Ella sonríe y me da un beso en la mejilla.
"Eso es todo, mi pequeño bebé. Ven, vamos a platicar", dice.
Voy a la cocina con mi madre mientras ella hace la comida. Platico sobre mis aventuras en el instituto y menciono todo lo ocurrido con Emily y mis amigos. Ella me cuenta que Ao ha estado muy ocupado últimamente junto a mi padre y mi tío. Es interesante, mi primo se ha vuelto en todo un empresario y científico.
"Mañana vamos a su casa, estarán felices de verte", dice mi madre.
Tras platicar un rato más, subo a mi habitación para colocar todo mi equipaje en su lugar. Tomo el abrigo que Emily me regaló y lo coloco en un perchero, seguramente lo ocuparé muy a menudo.
Miro toda mi habitación, el aroma es agradable; productos de limpieza y madera. En medio de ello, un rayo cae y el estruendo me aturde, pareciera que ha caído muy cerca.
"Pensé que la tormenta solo era allá…", digo.
Miro mi teléfono, le escribo a Emily que finalmente estoy en casa y luego miro el clima en mi ciudad. La pantalla indica temperatura de 10°C con probabilidad de granizo.
"Bueno… supongo que hoy no se podrá salir a ningún lado".
Paso la tarde con mi familia. Platicando sobre todo lo que ha ocurrido, cuando llega la hora de cenar mi padre me cuenta que han ocurrido un par de cosas en la empresa. Maximiliano ha invertido todavía más en esta, y Ao está liderando una investigación muy interesante que promete mucho.
Mi padre es un hombre muy trabajador, me pregunto si alguna vez ha pensado en retirarse. No lo veo dejando su trabajo, seguramente desearía resucitar solo para seguir trabajando.
"Eric… sé que no quieres ser parte de mi legado, así que no te preocupes, yo lo entiendo", dice.
"No, papá. Está bien, inclúyeme".
Mi padre me mira con sorpresa y comienza a ahogarse con su copa de vino.
"¿Qué has dicho?", pregunta, abriendo sus ojos de par en par.
"Sí… bueno, dudo que, si me caso con Emily, su padre quiera a un yerno deportista. Además, me di cuenta de que realmente ya no quiero tanto eso… lo mejor es seguir tus pasos, los de la familia, un futuro seguro, una vida tranquila".
Digo eso, pero, la verdad es que realmente tengo miedo por lo que el director me ha dicho.
"Eric… hijo… claro, será un honor… yo te guiaré".
Mi padre dice eso mientras sus lágrimas se derraman por sus mejillas y su voz se hace temblorosa. ¿Puedes imaginar a un hombre que siempre ha intentado ser duro, llorando? Yo tampoco, pero esta vez lo estoy viendo, mi padre en el fondo es un hombre muy sentimental.
Tras cenar, me acuesto en mi cama y espero no tener ningún sueño extraño esta vez.
Debo ir con un psicólogo.
La mañana siguiente mi madre me despierta lentamente.
"Cielo, hijo. Despierta, vamos a casa de Ao, han organizado un asado", dice.
"Está bien, solo deja que me espabile".
Unos minutos después, le escribo un mensaje de buenos días a Emily y me levanto. Una ducha con agua cálida es lo mejor cuando la regadera solo te arroja hielo en lugar de líquido.
Cuando salgo del baño veo que mi ventana estaña empañada, debe hacer mucho frío afuera. El clima indica que hay doce grados, por lo que creo que es buena idea llevarme mi abrigo. El cielo está nublado, es necesario encender las luces de mi recamara para tener un buen nivel de iluminación.
"¿Qué ropa debería llevarme?".
Digo eso mientras observo mi guardarropa, aunque tengo mucho de donde escoger, creo que lo mejor es tomar una playera manga larga y un pantalón cómodo y grueso, tal vez uno de mezclilla baste.
Tras vestirme, me reúno con mis padres en la sala y nos subimos al auto. Mi padre suele escuchar la radio todos los días. Es normal que siempre que vayamos a cierto lado este la encienda.
"¿Compramos algo para no ir con las manos vacías?", pregunta mi madre.
"Sí, estaría bien. ¿Ternero y una buena botella de vodka?", responde mi padre.
"Suena bien", dice ella.
Antes de ir a la casa de Ao, nos detenemos en una boutique de carnes finas, mi padre baja, selecciona los mejores cortes de ternera y justo a un costado hay una licorería de muy buen prestigio. Él entra a esta mientras mi madre y yo seguimos en el auto.
Miro mis redes sociales en mi teléfono, asimismo, puedo escuchar la radio al mismo tiempo, "es un desastre. Las autoridades siguen investigando el caso del deceso de este grupo de dos hombres y tres mujeres, sus cadáveres fueron encontrados en lo más recóndito del parque El Haya. Todos en un rango de edad entre 25 y 32 años. Aún no hay respuesta por parte de los peritos, pero, se cree que sea un acto de terror por parte de los grupos delictivos como el Cartel Jalisco Nueva Generación o El Cartel de Sinaloa".
"Más información con nuestro reportero…"
En ese momento, el audio cambia y se pueden escuchar sirenas de policías y ambulancias.
"¿Qué es lo que encontraron en este escenario tan lamentable?", pregunta el reportero.
"Encontramos los cadáveres de cinco personas adultas, dos de sexo masculino y tres de sexo femenino. Todos con heridas en órganos importantes, les tres mujeres muestran signos de asfixia, hematomas en el rostro, abdomen y costillas, una de ellas ni siquiera tiene corazón, es como si se lo hubieran arrancado. A diferencia de la carnicería que suelen hacer los carteles, aquí fueron muy precisos en únicamente enterrar un arma punzocortante y luego extraer el corazón, claro, se hallaron quemaduras alrededor de la herida. Los hombres, fueron asesinados por disparos de rifles de francotirador, nuestros especialistas indican que fueron armas de alta potencia no registradas. Uno de los hombres presenta quemaduras en las manos. El otro hombre tiene los huesos de sus piernas hechos trizas, es como si lo hubieran golpeado severamente en estas. Podemos decir que fueron torturados hasta después ser asesinados mientras posiblemente intentaban escapar, luego, fueron abandonados en este lugar".
Mi mente se queda en blanco, no puedo procesar lo que acabo de escuchar. Gradualmente el sonido del exterior se desvanece y solo percibo un zumbido muy agudo en mi interior.
Era un equipo de cinco personas… ¿no es eso un escuadrón ordinario? No… debo estar alucinando, sí, no hay forma de que hayan sido mutantes.
"Eric, hijo. ¿Puedes tomar la carne?", dice mi padre, sin embargo, no puedo escucharlo. Estoy perdido en mis pensamientos. No puedo moverme. Mi corazón late rápidamente. ¿Eso es lo que me espera en el futuro? ¿Moriré de esa forma? ¿Seré torturado? ¡No hay forma de que sea así!
Tengo que calmarme. Necesito relajarme.
Mi respiración se acelera y sin darme cuenta estoy apretando mi pecho con mi mano mientras miro a todos lados con desesperación.
Así, mi padre toca mi hombro y logra sacarme de mi transe.
"¡Ugh!".
"Toma la carne, hijo", dice.
Tomo la bolsa y la coloco en el asiento, luego, mi padre sube al auto y nos marchamos rumbo a casa de mi primo. Ao compró una casa en las afueras de la ciudad rumbo a las montañas. Nos dirigimos hacia allá, sin embargo, sigo pensando en todo lo que está ocurriendo allí afuera.
Ya pasó… debo relajarme, no tiene caso seguir pensando en eso… solo fueron típicos asesinatos, un crimen más del montón… no todo se trata de ti, Eric…
Sin darme cuenta, logro relajarme y borrar eso de mi mente. Mi corazón se recupera y mi respiración vuelve a la normalidad.
Tras unos quince minutos, finalmente llegamos a casa de Ao. Solo puedo ver un terreno envuelto por cuatro muros de más de tres metros de altura. El muro frontal es blanco con plantas colgantes mientras que los demás únicamente son blancos.
Al llegar mi padre le llama a Ao para avisarle. Las puertas se abren automáticamente y podemos meter el auto a la cochera. En cuanto entramos puedo notar lo increíblemente grande que es la casa, tres pisos, es enorme, un poco más que mi casa.
Los muros son color ostión con pilares marrones. El diseño no es tan moderno, es un diseño bastante bueno. Cuenta con techo de tejas, ventanas de un cristal verde con tonos azules. Puedo ver el patio al fondo, con juegos infantiles, un jardín lleno de flores y plantas y no alcanzo a distinguir bien, pero, realmente veo un pequeño puente de madera.
Ao sale a recibirnos con una sonrisa alegre mientras mi padre estaciona el vehículo. Él viste una playera ajustada de algodón de color gris con cuello de tortuga y mangas largas. Un pantalón azul de mezclilla y gafas con armazón negro y lentes cuadrados.
"Bienvenidos a mi humilde morada", dice entre risas.
En cuanto salgo del vehículo el aroma a carne asada golpea mi nariz como una caricia cálida. Puede que sea mi apetito, pero, realmente muero de ganas por probar la comida.
"¡Pero mira quién llegó! El consentido de los Jaeger", exclama Ao al verme.
"Vamos, ese eres tú, ¿no es así, primito?", respondo.
Él se me acerca y chocamos nuestros puños, luego saluda a mi papá con un abrazo y a mi madre con un beso en la mejilla.
"Bueno, espero que tengan hambre", dice Ao con alegría.
"Sí, por supuesto, pero, trajimos esto" mi padre toma la carne y la botella.
"Ay, tío. No era necesario, pasen, por favor.".
Ao nos lleva al interior de su casa, es realmente cómoda y tiene mucho espacio. Muebles de color chocolate, fotos de su boda, flores en muchos lugares. Su sala es muy grande. Los dos muros que colindan con el patio son de cristal, permitiendo ver hacia afuera. Los muebles son tan cómodos, podría dormirme aquí.
"Hermano, qué bueno que hayan aceptado", dice mi tío.
Mi padre y él se saludan. Mi tía y mi madre igual, así, saludo a ambos, "hola, tío, tía. Que gusto verlos".
"Pero si es Eric. ¿Es mi imaginación o ya te ves como todo un hombre?", dice mi tía.
"Bueno, puede ser", respondo, rascando mi cabeza con vergüenza.
Eric y Kim entran a la sala con Amelia, ambos tomándola de los brazos.
"Hey, ya les dije que puedo caminar sola, no estoy parapléjica", dice Amelia con un tono molesto.
Ella lleva un vestido largo con un estampado de flores y un pequeño abrigo abierto, sobra mencionar que su barriga es enorme. En cuanto nos ve su rostro se ilumina.
"¡Ay, pero si ya llegaron!", exclama.
Nos acercamos a ella y la saludamos. No puedo evitar acariciar su barriga. Mientras hago esto me pregunto que deben sentir ellos, su primogénito, el fruto de su amor. Seguramente están emocionados.
"¿Cómo te sientes?", pregunto.
"Créeme, ya no lo tolero más, a veces quisiera que mi fuente se rompiera y pudiera sacarlo de mí, pero, es hasta que él diga", responde.
"¿Es realmente difícil?", pregunto.
Ao y ella se miran, para luego darnos una linda sonrisa avergonzada.
"Bueno…", dice Ao sin poder seguir.
"Es realmente complicado. Antojos a cada rato, náuseas, bipolaridad. Al principio es hermoso, es emocionante y reconfortante el saber que puedo albergar vida en mi interior, pero… desde que esta barriga creció así de grande me cuesta mucho respirar, no puedo dormir bien, y sin mencionar que si me río mucho o hago mucha fuerza me orino" Amelia cuenta todo esto mientras su rostro se tiñe de rojo.
"Bueno, ustedes escogieron embarazarse pronto, así que ahora se aguantan. Aun así, ya falta poco, en este mes debe nacer, ¿no es así?", dice mi madre.
"Sí, el doctor dijo que estaba programado para dentro de una semana, así que Ao y yo estamos listos para eso", responde Amelia, mientras Ao la toma de la mano.
"Pues espero que estén listos, porque lo más difícil aún no llega", dice mi madre entre risas.
Pero bueno, hay que ir a comer", dice Amelia.
Todos caminamos rumbo al comedor donde nos quedamos unos segundos mientras Ao abría la puerta del pequeño comedor exterior con techo donde se encuentra el asador.
"Aquí, junto al asador, para no sentir frío. Además, no entra tanto el aire como piensan", dice.
Salimos junto a ellos y el olor a carne abunda en exceso, hay una larga mesa de madera barnizada con muchos asientos de madera. Todos de un color caoba. El suelo es de azulejos y el asador está hecho con ladrillos, algo artesanal pero muy bien diseñado. Hay muchas plantas colgantes y focos incandescentes.
En el fondo del patio puedo ver un pequeño río artificial, es ese el motivo del puente que vi. Es hermoso este lugar.
Tras sentarnos en un asiento y Amelia en una mecedora donde pueda estar realmente cómoda, Eric y su padre se acercan al asador. Mi padre también los ayuda y comienzan a extraer carne de la parrilla.
"Oye, Eric. Lindo abrigo", me dice Kim.
"Ah, muchas gracias", respondo.
Ella sus manos sobre este y sus ojos brillan.
"¡Guau! ¿Es impermeable? ¿Dónde lo compraste?", dice con euforia.
"No lo compré… me lo hizo mi novia", respondo.
Todos me miran y comienzan a reírse.
"¿Ella lo hizo?", preguntan.
"Sí, les sorprendería ver lo talentosa que es", respondo colocando la mano en mi pecho.
"Está bien, te creemos. Hablando de eso, la hubieras invitado, digo, paraque se vaya acostumbrando a la familia", dice Amelia.
¡Es verdad! ¡No lo había pensado!
"Ya será la próxima", digo entre risas.
En cuanto las carnes finalmente están listas, todos comenzamos a comer juntos, Ao pone algo de música con un volumen moderado y mi padre sirve los tragos para aquellos que gusten beber.
"La carne está deliciosa", digo.
"Muchas gracias, yo la preparé", dice Amelia.
"Bueno, ya veo que Ao no se morirá de hambre", dice mi madre entre risas.
Todos se ríen a carcajadas, este tipo de momentos me relaja. Hace que olvide mis problemas, es una calma igual a la que siento cuando estoy con Emily o con mis amigos. Pensar en ellos realmente me desanima, de verdad quisiera pasar más tiempo con todos.
Las próximas vacaciones me aseguraré de traer a todos.
Tras la comida, todos permanecemos platicando un rato, sobre mi escuela, mis amigos, les cuento a todos lo bien que me ha ido y mi padre no duda en mencionar mi decisión.
"Eso es bueno", dice Amelia.
Ella se pone de pie lentamente y camina rumbo a la casa.
"Así no lucharán tanto, espero que lo hagas bien, para darle un buen futuro a ella", dice sonriendo.
En cuanto ella pone un pie en la casa, ella se sostiene de la puerta con fuerza.
"¡Amelia!", exclama Ao, levantándose rápidamente.
"¿Estás bien?".
Amelia deja salir un gemido y un líquido chorrea de su entrepierna mientras ella tiembla ligeramente.
"No puede ser…", dice Ao.
Él corre hacia ella y la sujeta con fuerza.
"¿Estás bien?", dice.
Amelia no dice nada, solo mueve su cabeza de un lado a otro mientras gime.
"… ¡Ya! ¡Ya viene!", exclama.
Ao sonríe con alegría y todos se levantan de sus lugares.
"¡Ay, Dios mío! ¡Rápido, hay que llevarla al hospital!", exclama mi madre.
"Traeré el auto", digo, tomando las llaves de Ao.
Mi padre me sigue rápidamente y él se sube a su auto mientras yo tomo la Suburban que Ao tiene aparcada. En el auto de mi padre suben mi madre, Kim y mis tíos.
En la camioneta solo subimos Ao, Amelia y yo. Mi padre abre la puerta del garaje y en cuanto él sale yo lo sigo.
"¿Tienes licencia?", pregunta Ao.
"No es momento de preocuparse por tonterías, Ao. Ayuda a tu esposa", digo.
Al salir de la casa de Ao cerramos la cochera y velozmente nos dirigimos al hospital donde me internaron. Mi primo ayuda a Amy a respirar y mantener la calma.
"¡Me duele!", exclama.
"Lo sé, mi amor. Lo sé. Resiste, solo respira, recuerda las prácticas", dice Ao acariciando la mejilla de Amelia.
Me pregunto si cuando yo tenga un hijo… si me caso… ¿tendré una relación como la de ellos? En momentos de presión siguen viéndose tan… amorosos…
Tras diez minutos llegamos al hospital, mi padre se estaciona y corre a abrir la puerta de la camioneta. Ao baja y toma a Amelia en sus brazos y la lleva cargando hasta la recepción del hospital.
"Señorita, buenas tardes. Mi esposa está en labor de parto, por favor", dice, con una respiración agitada mientras carga a Amelia.
La enfermera lo mira, y colocan a Amy en una camilla para llevarla a una sala de exploración.
"Espere aquí, le traeremos información en unos minutos", dice.
Ella solicita un médico lo más rápido posible mientras se llevan a Amelia. Todos nos sentamos en la sala de espera, Ao, por supuesto, está muy desesperado. Camina de un lado para otro, mete sus manos en su cabello.
El tiempo avanza y puedo ver a un doctor acercarse a nosotros.
"¿Esposo de Amelia Hernández?", pregunta.
"Soy yo", dice Ao acercándose rápidamente.
"Su esposa se quedará, está en labor de parto, presenta diez centímetros de dilatación por lo que procederemos con ello. Ella exige que usted esté presente, sígame, por favor", dice el doctor.
Ao se va y todos nos quedamos allí. Mis tíos están emocionados, pero al mismo tiempo asustados, aunque estaba programado para dentro de una semana se ha adelantado sin previo aviso. Normalmente se suele tener un poco de dilatación, pero directamente comenzó con las contracciones. Al tener algo de tiempo, mis tíos se comunican con los padres de Amy para informarles que su nieto viene en camino.
El aroma a alcohol clínico inunda por todos lados, los muros y suelos totalmente blancos y brillantes me dejan perplejo, creo que cuando estuve aquí jamás pude prestar atención detalladamente a eso, tal vez podría buscar a la enfermera de aquel entonces. Los padres de Amelia no tardan en llegar y se reúnen con nosotros.
Miro a mi alrededor y justo cuando observo al final del pasillo, el doctor aparece, retirando su mascarilla.
"Familia de Ao y Amelia. Felicidades, el parto fue un éxito. No hubo complicaciones. Es un apuesto varón, pueden pasar, pero con calma, la jovencita está agotada", dice.
Todos sonreímos, pero, mis tíos y los padres de Amelia comienzan a derramar sus lágrimas de felicidad. No puedo comprender lo que deben sentir en este instante, pero si de algo estoy seguro es que su felicidad es inmensa. En un futuro estoy seguro de que podré disfrutar esa emoción.
Lentamente llegamos a la habitación donde Amelia ya reposa en su cama. Su piel es pálida, más de lo habitual, y luce muy agotada, el parto seguro que la dejó sin fuerzas.
Mientras tanto, Ao está sentado a lado de ella con un rollo amarillo en sus brazos mientras lo arrulla.
"Hola mi niño. Mira a tu familia, ellos son tus abuelitos, y tus tíos. Todos ellos vinieron a verte", dice Ao, levantando un poco la frazada, permitiendo ver a un hermoso angelito en su brazos.
Su cabeza es pequeña, sus ojos están cerrados por completo y su cabello es negro. Su piel es pálida y rojiza al mismo tiempo. Cuando nos acercamos, Amelia sonríe y sus papás la abrazan.
"Bien hecho, mi amor", dice su mamá.
"Lo hiciste bien… lo hicieron bien", dice su padre, mientras aprieta las manos de Amelia.
"Eric, ven. Míralo de cerca", dice Ao.
Me acerco lentamente y el pequeño abre sus ojos, tiene un hermoso par de ojos azules, son como dos bellos zafiros. El bebé levanta una mano y toma mi dedo índice, comparado con mi mano, la de él es casi del tamaño de mi pulgar.
En ese momento, un sentimiento invade mi alma entera, no sé qué es, pero, realmente tengo ganas de llorar. Mis ojos arden y mi vista se vuelve borrosa. Sin darme cuenta, una lágrima cae en la mejilla del hijo de mi mejor amigo, el hijo de mi primo.
"¿Eric?", dice Ao, completamente desconcertado.
"Perdón, es que… realmente me ha pegado de lleno. No puedo explicarlo, pero se siente hermoso", respondo mientras limpio mis lágrimas.
Un hijo es lo más hermoso que podemos traer al mundo. Seguramente él será mil veces más brillante que Ao y que yo. Será un genio, no tengo la menor duda de ello. No puedo imaginar lo maravilloso que debe ser tener a tu propio hijo recién nacido en tus brazos.
Aún soy joven, pero, realmente muero de ganas por vivir este sentimiento. Todo irá a su ritmo, pero de algo estoy seguro. Si logro tener un hijo en el futuro, me aseguraré de cuidarlo y protegerlo de todo mal. Por el momento solo puedo cuidar a este pequeño ser de luz que será mi sobrino, lo protegeré con mi propia vida. Usaré estos poderes que la vida me dio, para evitar que el mal se le acerque, no dejaré que nadie lastime a una vida nueva, una vida recién creada.