Creo que las personas en la actualidad se parecen mucho a las estrellas.
Hay unas que brillan más, otras menos. Algunas son más distantes del resto, otras son más cercanas. Pero al final, todas son estrellas.
Las estrellas nacen, sin propósito alguno más allá que el de existir.
Son una casualidad, una coincidencia.
Si las cosas no hubieran sucedido exactamente como sucedieron, nunca habrían existido.
Todas son similares, pero no iguales. Nunca van a haber dos estrellas exactamente iguales, semejantes en todo.
Ninguna estrella puede remplazar a otra estrella, da igual el tiempo que pase, o lo mucho que se esfuerce en cambiar. Son únicas en todos los sentidos. Hasta en los malos.
Las estrellas envejecen. No son ilimitadas. No son nada más que una masa de energía que en algún punto se va a agotar inevitablemente, lo único que se podría hacer es prolongar su vida, hasta que ni esto sea posible.
A pesar de todo esto, las estrellas son preciosas. Uno podría mirar al cielo, y ser capaz de ver unas pocas, mientras que en otro lugar, otro puede ver una cantidad inmensa de ellas.
Pero lo cierto es que esa cantidad inmensa siempre está presente, es el entorno quien se niega a mostrar lo hermoso que es el cielo estrellado.
Es algo gratificante, tumbarte en el suave césped, ya sea solo, con tus seres queridos, con tu amada, da igual, todos pueden disfrutar de las estrellas de cualquier manera.
Incluso las que menos brillan son preciosas. Que destaquen menos no significa que no estén allí, y que uno preste atención hasta a las más tímidas, es algo digno, y de lo que estar orgulloso. Valorar todo, y no solo lo mejor, es lo que todos deberíamos que hacer. Por más pequeño que sea, si es algo, tiene valor.
Desafortunadamente, las estrellas, como dije antes, son longevas, pero mueren. Desaparecen. Su brillo, cada vez más tenue, se desvanece. Algunas lo hacen lento, otras en el momento.
No sabes cuando va a pasar, es algo repentino. Ni siquiera viendo el futuro podrías predecirlo, es algo que solo la naturaleza decide cuando hacerlo, como, y porque.
Una estrella puede morir de varias formas.
Con el tiempo, libre de existir, hasta el momento en el que se tiene que despedir.
Por un tercero, ya sea una anomalía, otra estrella, o un agujero negro.
Pero, la manera más trágica y aterradora en la que una estrella puede morir…