CAPÍTULO 382

Fiona se rió a carcajadas al otro lado del teléfono, pero los ojos de Kendall cambiaron.

—¿No había regresado ya Michael a Rosemont?

—¿Cómo podía estar con Fiona?

—¿Fiona sabía algo de nuevo, o... era solo una coincidencia?

Damien también escuchó algo extraño.

Sacó su teléfono móvil y llamó a Michael, pero resultó que el teléfono estaba apagado y no se podía responder, y no había respuesta en la cuenta social. Negó con la cabeza a Kendall.

—¿Hola? —preguntó Fiona de nuevo, con un tono ascendente al final, probando si Kendall estaba escuchando.

—Estoy aquí. Acabo de hacer algo. ¿Por la tarde, verdad? Iré —inventó Kendall una excusa, y un destello de hostilidad cruzó su hermoso rostro.

Fiona había dicho mucho, y si no iba, despertaría las sospechas de Fiona.

Más importante aún, Michael también estaba allí.

Necesitaba saber si Michael estaba a salvo.

—Está bien, te prepararé deliciosos 'postres' para ti —colgó Fiona el teléfono.