Fiona sabía que nadie despreciaba el poder. Las luchas abiertas y encubiertas dentro de la Conferencia de la Mesa Redonda nunca habían cesado. Los doce consejeros habían formado facciones, con claras divisiones entre el Norte y el Sur. Cada facción tenía su propio pequeño líder, guiando a su grupo en estos tensos juegos políticos.
La mayoría de la facción del Sur apoyaba a Fiona, pero la facción del Norte presentaba un desafío diferente. Una nueva organización llamada Nirvana había surgido repentinamente bajo la influencia de la facción del Norte, causándole muchas noches de insomnio. El recién nombrado líder de la facción del Norte aún tenía que hacer acto de presencia en alguna reunión, pero su reputación ya era bien conocida. Se rumoreaba que era altamente capaz, construyendo relaciones gastando dinero liberalmente. El hecho de que no asistiera a la reunión de hoy solo aumentaba su frustración.