8.111 Condenados a perder*

Ambos notaron su presencia al mismo tiempo. El hombre al que Luan mantenía sometido era delgado y raquítico. Su barbilla era demasiado afilada y sus dientes frontales salientes y ojos hundidos le hacían parecer una rata. —¡Oye, amigo! —El hombre llamó, suplicando—. ¿Me ayudas aquí? Compartiré

Lu Yizhou agarró la cabeza del hombre y —¡crac!— le rompió el cuello de un movimiento ágil. Incluso hasta su último aliento, la expresión del hombre estaba congelada en un estado de incredulidad y consternación, incapaz de adivinar cómo había ofendido al diablo…

Luan soltó su agarre, haciendo que el hombre cayera al suelo. Alzó una ceja en señal de pregunta.

Lu Yizhou sabía lo que quería preguntar. Su expresión era fría cuando dijo, —De todas formas no podré terminar el juego. En vez de dejar que escape para que llame a gente aquí mañana, es mejor matarlo aquí y ahora.