El tercer día comenzó pacíficamente con la sesión de fotos de Ellen que se había retrasado ayer.
A primera hora de la mañana, fueron despertados por la Hermana Chen quien tocó el timbre sin parar, el zumbido casi rompía el techo. Después de atiborrarse con un tazón de cereal, la Hermana Chen procedió a arrastrar a Ellen al camerino para que los maquillistas lo pincharan y pintaran su rostro. Lu Yizhou lo seguía ociosamente detrás mientras mantenía su atención en los alrededores.
Para este momento, la Hermana Chen ya estaba insensible al hecho de que su repollo había sido comido por el cerdo Lu Yizhou hasta que no quedaban ni los huesos y por ello, optó por ignorar su presencia. Lo que no se ve, no se siente.