Bloguero de Comida

—¿No puede—No hay nadie que pueda ayudarnos? —preguntó You Yizhen.

—¿Quién ayudará a un pequeño cazador de rango F, Yizhen? Incluso si me muero, no creo que jamás sometan a Chu Jixue al castigo que se merece —respondió Usted Ruojin con una sonrisa burlona.

—Pero—debe haber alguien dispuesto a ayudarnos, ¿no? —You Yizhen no podía creer que el mundo se hubiera vuelto tan insensible que nadie quisiera preocuparse por la vida de personas como ellos.

—No quiero molestarlos con problemas que me pertenecen, Yizhen. Después de todo, Chu Jixue no es alguien a quien podamos ofender —pensó Usted Ruojin antes de negar con la cabeza y decirle a su hermano.

—¡Achís! —Luo Huian se frotó la punta de la nariz y, al ver al mer que le sonreía con ojos brillantes, preguntó:

— ¿En qué puedo ayudarte?

—¿En qué puedo ayudarte? Vaya, ¿alguien te ha dicho que tu voz es muy bonita? —dijo el mer a Luo Huian mientras continuaba tomando sus fotos mientras ella estaba detrás del mostrador.