—Umph —Fan Meilin sintió su cuerpo rebotar cuando Luo Huian lo soltó y lo dejó caer sobre el colchón suave. Su mirada se encontró con la de Luo Huian y su cuerpo se estremeció instintivamente. Esos ojos—eran demasiado oscuros y no debido al deseo ardiente en sus venas. Eran literalmente oscuros, como los de un diablo, lo que hizo que Fan Meilin se preguntara si había hecho una apuesta segura.
Pero Luo Huian no le dio la oportunidad de pensar nada mientras se subía encima de él. Su respiración era entrecortada y parecía estar dolorida. Incluso a través de las muchas capas de ropa, Fan Meilin podía oler el aroma de su excitación.
Parecía que la droga era realmente potente; convirtió a una mujer tan mojigata en una completamente salvaje.
Él miró sus piernas temblorosas y comentó con una sonrisa burlona —Parece que alguien está excitado.