Raguk observó cómo el macho Njeriuujk parpadeaba varias veces hacia él, sin entender lo que había querido decir.
—Ella pidió 30 —repitió el macho lentamente con un movimiento de cabeza.
—Ella no especificó qué 30. Así que, le traje 30 sirvientes, cada uno sosteniendo 30 cofres de oro y tesoros, y hay 30 naves esperando afuera por su comando —se encogió de hombros Raguk como si no fuera gran cosa, y honestamente, no lo era. Podría haberle dado fácilmente 30,000 o incluso 300,000 personas, oro y naves.
Cualquier cosa que ella quisiera, él se la daría.
—Ella estaba pidiendo 30 chwila —dijo el macho Saalistaja a su otro lado.
Su declaración hizo que Raguk parpadeara. ¿Ella pedía 30 chwila? ¿Qué hembra pedía tiempo? Siempre querían pruebas de que el macho podría darles lo que necesitaban. Nunca se había encontrado con una hembra que solo pidiera tiempo.
—Te acostumbrarás —dijo el Njeriuujk mientras le daba una palmada en el hombro.