Williama Brown

—Señora Brown —Aiden se levantó de su asiento, sus movimientos deliberados y compuestos mientras se ponía de pie y la saludaba con un tono que podría congelar el fuego.

—Williama Brown, sin embargo, parecía completamente imperturbable. Avanzó con la confianza de alguien que creía que el mundo giraba en torno a sus caprichos. Ignorando el frío en su tono, se inclinó para darle un beso en la mejilla, un gesto cargado de falsa familiaridad.

—Pero Aiden giró la cabeza en el último segundo. El resultado fue casi cómico: sus labios solo encontraron el aire vacío cerca de su rostro. La torpeza del momento colgaba en el espacio entre ellos, pero ella fingió no darse cuenta, incluso cuando su sonrisa vaciló por el más breve segundo.

—Con un suspiro exagerado, se enderezó y alisó el frente de su chaqueta a medida, como si la tela necesitara una excusa para absorber su irritación. Sacudiendo la cabeza, dejó escapar un suspiro que sonaba como si ella fuera la más afectada por la situación.