¿Qué tan frágil es ella?

Debido a la nieve y leves retrasos por tráfico, le tomó una hora llegar a la universidad y subir a la oficina de Muyang. Wenzhe la recogió afuera y la llevó al interior de la oficina donde encontró a Muyang con la cabeza enterrada en papeles.

Ella lo observó durante unos treinta segundos, apreciando la vista de su hombre. Sus ojos se movieron por la habitación buscando algún rastro de su hijo. Podía ver algunos de sus juguetes, su tableta y su compañero, pero no a él. ¿Dónde estaba?

Muyang levantó la cabeza mientras olía el aire en su entorno. Cuando la vio, posó el bolígrafo que tenía en la mano sobre el papel que había estado leyendo.

—Ya llegaste —dijo él con esa hermosa sonrisa en su rostro que a ella tanto le encantaba.

—Profesor Jun, te ves muy guapo hoy —dijo ella con una sonrisa. Lentamente, se acercó a él y colocó la comida, las bebidas y los postres que había guardado para él sobre la mesa.