—Llegamos tan pronto como fue posible, ¿qué ha sucedido exactamente? —la Señora mayor Jun miraba alternativamente a la abuela An y a Mamá Chi y a las mujeres magulladas que estaban atadas como criminales y sollozando—. Muyang me dijo que algo terrible ha estado sucediendo en tu casa.
Chi Lian apretó más fuerte su abrigo; eran las seis y media de la mañana. Estaba despierta porque había estado haciendo ejercicio a las cinco, ¿pero por qué exactamente estaban despiertos la vieja señora y su esposo?
¿Acaso no se levantan los ancianos cuando el sol brilla con fuerza o cuando alguien les llama para el desayuno?
Su llegada había acelerado esta reunión.
Y ¿por qué estaban aquí Ringo y Bolin? Estas criadas no eran criminales nacionales como para que necesitaran ser arrestadas y aún así Bolin giraba juguetonamente sus esposas.
—Consuegra, —dijo Mamá Chi—, es justo como has escuchado. —Señaló a las tres mujeres y continuó diciendo: