La Guardia Negro llevaba la canasta que contenía a sus cachorros, su esposa le ladraba al mayordomo que se negaba a dejarlos salir.
—¿Qué pasó, a dónde va Guardia Negro? —preguntó Mamá Chi al mayordomo.
—No lo sé señora, solo estoy preocupado de que se vaya y desaparezca.
—¿Vas a buscar a Chi-Chi? —Mamá Chi le preguntó a Guardia Negro.
Él gruñó y ladró una vez.
Ella sabía que la lealtad de Guardia Negro estaba al cien por cien con Chi Lian. Chi-Chi también le había dicho que él entendía el lenguaje humano. Debía haber escuchado cuando hablaban anoche sobre su mudanza así que decidió seguirla.
—Ho, qué leal eres, tu maestro se ha ido solo una noche y ya quieres seguirlo. Incluso te estás llevando a ese pequeño zorro rojo... ¡ho! —Mamá Chi le dijo a Guardia Negro.
Ni siquiera había considerado que la partida de los animales haría la casa más solitaria. —Papá Chi Lian, creo que debemos pasar los próximos días en la casa de mis padres. No soporto más esto.