En la sala de grabación, se sentó en una silla y colocó un bolígrafo y papeles sobre el escritorio. Tenía que escribir a mano las letras de las canciones para que se vieran auténticas. Buscó en su memoria cada canción interpretada en las galas de primavera en la tierra desde la primera hasta la actual. Anotó los títulos de las canciones que recordaba de la tierra que no existían en este mundo.
—Dame lo que tienes T4 —dijo.
T4 envió las letras y grabaciones de audio de las canciones que había elegido. —Esta se llama en la galaxia —dijo.
Ella la escuchó y asintió con la cabeza en señal de aprobación. Trataba sobre un explorador espacial que anhelaba su hogar. Le hizo pensar en las estrellas y le tocó el corazón.
—Esta se llama mi corazón solitario —dijo T4. Era una balada desgarradora y era buena, pero no tenía el filo que ella buscaba.