Esa misma noche, después de la cena y de acostar a los niños, Chi Lian estaba conversando con Muyang en medio de su amplio vestidor.
Muyang estaba mirando un reloj completamente nuevo con correa de cuero marrón que todavía estaba en su pequeña caja. —Tus padres son realmente generosos, tu padre gastó quinientos mil yuanes en comprarme este reloj. Ahora me siento culpable porque nunca le he comprado nada. Creo que debería invitarlo a salir a beber y cenar uno de estos días. ¿Qué te parece? —La miró a su esposa en busca de consejo.