El árbol madre era como un pequeño buda

—Aún estaba oscuro afuera, esa fría brisa mañanera soplaba fuerte cuando Chi Lian fue despertada de la cama a las cuatro en punto por Muyang —dijo Chi Lian, bostezando mientras volvía a colocar la cabeza sobre la almohada. Era impío despertar a esta hora a menos que tuviera que ver con los niños. Así que bostezó otra vez y le preguntó—, ¿son los niños? ¿Mei-Mei está llorando otra vez?

—No —respondió él con voz seria—. El mayordomo real está aquí.

—¿A esta hora? —preguntó ella sorprendida—. ¿Estaba enfermo el emperador? ¿Alguien había muerto? No había una buena razón para despertar a alguien a esta hora a menos que fuera para darle malas noticias —¿Qué ocurrió?