[Capítulo extra] Luego sé gentil

Amy encontró todo el proceso de documentar sus heridas en el hospital y de proporcionar su declaración a la policía increíblemente tedioso, hasta el punto de que creía que era más agotador que su encuentro previo con sus secuestradores.

Nunca esperó que el procedimiento médico-legal ocupase toda su tarde hasta la noche. Para cuando todos los exámenes y entrevistas se completaron, estaba famélica y desesperadamente en necesidad de comida.

Al regresar a casa, vio a todos los que la esperaban ansiosos por su regreso, pero Henry se mantuvo firme en su decisión de no dejar que nadie viniera a su habitación, priorizando su descanso y recuperación sin disturbios.

Ambos estaban agradecidos al descubrir que su habitación ya estaba arreglada con comida y un baño caliente esperándolos.

No se había dado cuenta de cuánta hambre tenía hasta que vio la comida que estaba perfectamente dispuesta en su habitación, por lo que agarró lo primero que pudo alcanzar y lo metió en su boca.